Sirve para que un montón de personas, entre los que se encuentran, o han encontrado Luis Herrero, o Rosa Díez - telefonista de la diputación de Vizacya en origen-o el crítico suave Alejo Vidal Quadras, se lleven unos sueldos y unas prebendas de infarto a costa del dinero que nos roban a los demás.
Demasiados Parlamentos para ensordecer la voz de la calle. Plenos de los ayuntamientos, parlamentos de las autonomías, parlamento nacional y ahora parlamentos europeos. Estos últimos ya están tan lejos del ciudadano que no tienen poderes ni para legislar. ¿Alguien puede asegurar que se encuentra verdaderamente representado...? Otro montaje de los partidos para justificar su despilfarro...
Absolutamente de acuerdo con el Editorial. Lo lamentable es que por no se que extraña circunstancia los europeos en general, tampoco reaccionan ante este despropósito. Paises que siempre han sido líderes y sus habitantes referentes no sólo para Europa sino para todo el mundo, estan "aborregados". Carecen de personalidad y empuje. Es el caso de Alemania o Francia y en menor medida el Reino Unido que es el único que se resiste algo a este desbarajuste. Los alemanes, franceses o ingleses, acuden a votar en estas elecciones como autenticos "zombies", sin saber siquiera porque votan, si bien es cierto que con una gran abstencion. Cabría preguntarse, si por ejemplo franceses de los años 60 o 70 acudirían a votar para el Parlamento Europeo, despues de haber comprobado que el resultado del referendum en el que fueron consultados para la absurda Constitución Europea, no ha sido respetado por los politicos. Igual podríamos decir en los casos de Holanda e Irlanda. Resulta asombroso como los europeos asisten impávidos a la burla y el desprecio de estos políticos ante sus respuestas en las urnas. Si el resultado me conviene, lo acepto. Si es al contrario, convoco otro y otro referendum, hasta que salga. Y los europeos a "tragar" y a votar. Parece inconcebible tanta actitud dócil en esos paises. Hay que plantearse, sin ofender ni menospreciar a nadie, si es que estas últimas generaciones de europeos, carecen del coraje y la personalidad que sin duda demostraron sus padres o abuelos en bastantes peores circunstancias. Lo cierto y verdad, es que cuando arrecian las crisis económicas, como en la actualidad, se pone de manifiesto aún más si cabe la inutilidad de estas instituciones, creadas por la clase política para su exclusivo beneficio, despreciando y obviando miserablemente la tantas veces "cacareada" voluntad popular.