Eso es lo que nos puede pasar a los que vivimos en un mundo muy reducido y bastante elitista, el académico. Tarde o temprano terminas perdiendo el contacto con la realidad y con el ahí afuera. Y supongo que en el campo de las humanidades será aún peor.
De todas formas saber y ser consciente de esto y vanagloriarse del trabajo y esfuezo por la gente en general, por los de ahí fuera, es otra de las grandes farsas de nuestros compañeros, y en especial de la casta dirigente que, realmente, quiere estar lo más lejos posible de la gente.
A mí lo que me gustan son los reportajes de "Callejeros" por Pinoloko (Pino Montano, Sevilla). Es esa dimensión cani, que lo envuelve todo, la que me sobrecoge. Y poder percibirla y captarla, y después volver al esponjoso y sutil ambiente de los academicistas, y percatarse entonces de la realidad de haber estado en dos mundos diferentes que en realidad son uno sólo, es algo que no está al alcance de muchos. No entenderlo puede no suponer nada.
Pero entenderlo, lo supone todo.
Saludos.
Estimado David:
Tus "crónicas" son siempre bien recibidas. Me hacen reflexionar y me recuerdan momentos que viv en CC Información. Reafirman mis pensamientos. Gracias sinceras por tus columnas.
Por cierto, estoy viendo la serie de John Adams en internet. Desde luego no es una serie de acción, pero todo el mundo debería verla...
Un abrazo desde Majadahonda.
así están las cosas, una "élite solidaria" que se "sacrifica" estudiando para conocer y saber qué es lo mejor para esa gente, a la que no conocen y con la que jamás han tenido ni tendrán ningún contacto. Les encantaría controlar aún más la televisión para poder "educar" al pueblo, no se conforman como hacemos algunos con simplemente no ver la telebasura, ellos la prohibirían y a cambio realizarían un contenido con lo que el "pueblo" debería ver, por su bien, como unos ciclos de cine español subvencionado sobre la guerra civil, por ejemplo. No comprenden que hay "obreros" que son felices trabajando para poder comprar el coche de sus sueños o en su defecto tunearlo.
En cualquier caso con esa gente no se puede razonar. Uno se cansa de discutir con gente que te llegan a decir como me han dicho alguna vez, que ellos "estaban luchando por mis derechos", encima tenía que darles las gracias por algo que ellos hacían y yo no estaba de acuerdo, ya que sólo era una víctima de la manipulación capitalista y demás. Como cuando Don Quijote siempre utilizaba el comodín de "los encantadores" para justificar todas las cosas inverosímiles que le sucedían. En fin, a seguir aguantando.
Pareces deprimido.
Si quieres animarte, te recomiendo que bucees en los artículos de Pepe García Domínguez. Mano de santo, oye.
Tomás Cuesta también es un buen oficinal para estos casos de melancolía primaveral.
Hoy, día 18, empieza el campeonato mundial de Snooker en Sheffield. Yo voy con Stephen Macguire. Es un buen espectáculo para echar una tarde aburrida.
A veces es mejor obviar el terrible hecho de que vivimos rodeados de humanos que desprecian su naturaleza. Cuidado con la autocompasión y la indulgencia. Mejor tomarse un mate escuchando a Les Luthier, mientras piensas en la Argentina que pudo ser y no fue.
Salud.
Demonios, yo pensé que la gente de verdad no es más que aquella con la que tienes que convivir por no poderte instalar en una élite: es decir, yo...Tiene que ser terrible que no te quede más opción que ligar con estudiantes...o estudiantas...jovencitas, pijas y de moral relajada.