Resumiendo, y como de costumbre: Estos del PP son más bobos que un obrero de izquierdas.
Cree el ladrón que todos son de su condición.
Esta derechona de nuestros males, en treinta años de Oposición o Gobierno, consintió y propició la existencia de un monopolio informativo de Prisa y adláteres, que ha envilecido el criterio a varias generaciones de españolitos.
Esto que ha sido, y no exagero, todo un "terrorismo informativo", comienza a romperse, a escaparse de control, merced a puntuales medios como Libertad Digital, COPE, Intereconomía, Mundo y pocos más.
Ahora esa misma DERECHONA, que no hizo absolutamente para propiciar esos heroicos “Islotes de Libertad de Expresión”, asoma por los mismos como por "TERRENO CONQUISTADO", y no digiere ser "víctima" de sus críticas y de sus "verdades del barquero", que perentoriamente deben ser siempre insultantes, aunque no utilicen el insulto...
Pues bien, uno piensa que precisamente, estos medios libres deben de consumir un mínimo del 70% de su labor crítica, en "poner a caldo" la cobardía, la CORRUPCIÓN, los oportunismos de "centro reformista", las vilezas progres y los comodones complejos, de esa derechona rajoyesca y gallardoniana del actual PP.
Pienso que ellos son realmente el problema más inmediato y el primero a derribar, para estar en histórica disposición de comenzar a sanear nuestra Libertad, nuestra Democracia, y nuestro Estado de Derecho, esto es para iniciar una seria Rebelión Cívica.
Menudo papelón el de la derecha sectaria, que no aspira a otra cosa que a reeditar el PRISOISMO en versión pepera. Ahí están los trepillas de siempre, los intereconomíos, los Quevedillos, los Dediegos, los MARs... La patulea de siempre, vamos, dispuesta a convertirse en lametraserillos de Rajoy. Que para eso se han educao...
Muy valiente, distinguida colega.
Igual resulta que el mensaje del PP ya no va dirigido a su electorado tradicional sino que está intentando captar votos de las bases del PSOE. Como en definitiva “para elegir un diputado, tanto vale el voto de un imbécil como el de un sabio” qué más da de donde salga, porque de lo que aquí se trata es de obtenerlo. Además, ¿qué importa? Si en definitiva la carrera política solo tiene como meta un sillón. Menudo invento, si, para colocar a los más vagos o desfavorecidos intelectualmente y ponerles al frente de las administraciones públicas, con sueldos de altos ejecutivos y eficacia nula. De tanto en cuanto aparece alguno que destaca sobre la media, y bien, casi que se gana el salario. Cuando las cosas van bien y sobra dinero por todas partes, ni ellos se acuerdan de que existimos, y nosotros casi que tampoco. Pero, ¡ay Señor! cuando se forma un tornado de fuerza 5 (el dedo de Dios). Mientras la trompa arrasa por donde pasa, se aseguran en sus poltronas, hacen como que dan instrucciones efectivas para que seamos lo menos castigados posibles, y cuando lo que queda es un paisaje de desolación y miseria nos cuentan que han hecho todo lo que estaba en su mano. Y el caso es que probablemente sea cierto, porque como el olmo no puede dar peras, así nos quedamos: compuestos y sin novia.
En las elecciones al Parlamento Europeo veremos más de lo mismo: una serie de personajes que saltan a la actualidad para contarnos tantos cuentos como Calleja, con el único objetivo de ocupar un puesto que les garantice el sustento y bastante más por el resto de sus vidas, mientras los que les proporcionamos tales prebendas, asistimos a la desaparición diaria de miles de puestos de trabajo –y encima casi todos mileuristas-, y a no saber de qué ni donde viviremos dentro de poco tiempo. Mientras unos pocos podrán atar a sus perros con longanizas, la “masa” seguirá bailando al son que nos tocan –con la más fea, por supuesto-, se apretará el cinturón para engañar al estómago, cargará con el mochuelo y se irá a freír monas.
En conclusión: el voto de un sabio pesa en la conciencia, no dentro de una urna, y antes de emitirlo a quien no hará más que un uso personal de él, como que mejor es quedarse en casa o salir a pasear el día de los comicios, y dejemos que los jóvenes decidan que líderes prepararán el camino hacia su futuro.