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Caricatura del revolucionario adolescente

Si conoces a un americano en una fiesta o un pub, le espetarás de buenas a primeras que Bush era un fascista y un subnormal; y sólo te calmarás si te dice una y mil veces que está de acuerdo. Entonces le dirás que ojalá hubiera más como él.

PilarDDC dijo el día 13 de Abril de 2009 a las 19:34:

Me encanta tu columna, me parece estar viviendo más o menos lo mismo en la Academia de España, con el matiz de que aquí ya hay quien peina canas! La tontería es una enfermedad contagiosa y yo diría que hasta incurable... Sigue así de lúcido que es un placer leerte!

Shaun007 dijo el día 13 de Abril de 2009 a las 18:25:

Has mostrado el peligro real del profesorado universitario que ya existe en los países occidentales y la deshonestidad intelectual que comparten los profesores. Eso me dar mucho miedo. Es una especie de adoctrinamiento que, tristemente come el coco de la mayoría de los estudiantes, para el resto de su vida.

paserifo dijo el día 12 de Abril de 2009 a las 19:04:

La juventud traicionada por la realidad.
O la juventud no resuelta que traiciona a la nueva generación.
Si hay un yugo del que liberarse, ése es sin duda el que la juventud del pasado ha arrojado sobre los hombros de la actual.

Necesitamos arte. Y artistas.
¿Cómo será la juventud dentro de veinte años? Depende de los jóvenes de hoy el que no sufran la misma miseria intelectual que nosotros.

Habrá que hacer algo...

Salud

Erbilyos dijo el día 11 de Abril de 2009 a las 05:08:

Qué envidia me das, David. Ojalá yo hubiera sido tan lúcido a tu edad. En mi época universitaria, mis ídolos eran Jim Morrison y Henry Miller. Vivía en una embriaguez continua, entre clases sobre geografía de la percepción y sobre la Institución Libre de Enseñanza (clases que me permitía saltarme alegremente porque eso no me impedía obtener sobresaliente alto en los exámenes gracias a mi inteligencia privilegiada y también al bajo nivel de exigencia), entre versos de Enrique Molina ("Monzón Napalm"), de César Vallejo y de Baudelaire, y libros sobre la muerte de Durruti o ensayos de Walter Benjamin sobre los efectos del haschisch; artículos de Félix de Azúa en Ajoblanco y conferencias de Francisco Jarauta sobre los neoexpresionistas alemanes; películas de Fassbinder y reposiciones de Easy Ryder. Me creía inmortal y superhombre, me creía iluminado y portador de la antorcha de la liberación entre rebaños conformistas. Mis artículos en la revista universitaria, aunque provocadores y ambivalentes, no eran tan impublicables como tus columnas en LD. Afortunadamente nunca me sentí atraído por el socialismo ortodoxo y no pasé de ácrata difuso. Sin embargo, me llevó muchos años madurar intelectual y políticamente. En aquella época no existía Libertad Digital ni nada que se le pareciera, y aún tardé bastante en descubrir a autores como Popper o Revel.

Aaah, amigo. No conocía a ese Zizek que citas, pero ahora ya lo tengo fichado. Hay un montón de artículos suyos en Internet. La madre que lo parió. Repito: la madre que lo parió. ¿De qué conoces tú a este individuo? ¿Con qué clase de gente te relacionas? Lo único que le falta a este Zizek es una factura que lo relacione con el suministro de armas a la banda Baader-Meinhof.

Bueno, enhorabuena. Me encantan tus artículos.


pablocj dijo el día 10 de Abril de 2009 a las 23:02:

Jajaja, que gracia, me recordó mis primeros años en la universidad, yo la verdad es que me sorprendí mi primer año al ver a tantos de estos individuos en Granada,(está plagada de ellos) la verdad es que luego no eran tantos, pero sí los que más ladraban. Luego muchos de ellos ni si quiera de los que había allí eran universitarios, y sí este tipo de antisistema nómada que vive de tocar la flauta y hacer malabares en la calle mientras ocupa alguna de las casas abandonadas de los cascos antiguos. Pero la verdad es que el artículo es muy bueno, yo creo que todos hemos pasado por eso, a mí me ha tocado vivir lo de el "papeles para todos", el "informe bricall" entre otras cosas, pero sobre todo la guerra de Irak, ahí si que se implicaron profesores y participaban en manifestaciones o realizaban actos en horario lectivo, a los que yo por supuesto no asistía. Lo que más gracia me hacía era la indignación que les producía que no firmase en las recogidas de firmas o no participase en los actos, la verdad es que acosaban a la gente, pero me divertía ver como les sacaba de sus casillas y cómo no podían llegar a comprender que alguien pensase diferente, con lo claro que lo veían ellos...