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Videojuegos, parásitos y nacionalismo paleto

Estamos ante el nacimiento de un nuevo grupo de privilegiados creadores de productos en su mayor parte de mala calidad (algo que ocurre en todos los sectores subvencionados) pero mimados desde el poder político con el dinero de los ciudadanos.

cacaseno dijo el día 5 de Abril de 2009 a las 12:07:

La de siempre. Que hagan cosas interesantes y que las vendan si gustan.
Así malo o bueno lo cobran antes de salir al mercado.
A menos que también se les ocurra que cada uno tiene que comprar un ejemlar.... huy les doy ideas.

Feynman dijo el día 4 de Abril de 2009 a las 15:26:

Que los videojuegos sean cultura es discutible. En cierto sentido sí entran dentro del concepto, pero para ello su concepción como tal debe extenderse en la sociedad. Lo grave no es que los videojuegos puedan recibir subvenciones en el futuro, sino que cualquier forma de cultura las reciba actualmente.

Tienen razón los desarrolladores de videojuegos en pedir el mismo trato que los zineastas, y la tienen porque los segundos reciben una subvención del todo injusta y anticompetitiva por cuanto pueda acontecer a los videojuegos como producto alternativo. Pero la solución no es ampliarles las subvenciones a aquéllos, sino eliminar las de éstos, y las del resto.

El arte al servicio del poder deja de ser arte por cuanto pierde esa dosis de creatividad independiente al ponerse al servicio de quien les da de comer. Las subvenciones, queriendo fomentar el arte, fomentan su destrucción mediante la sustitución del cine de verdad por panfletos al servicio del poder. Lo mismo pasará con los videojuegos, y su futuro no será tan notorio como el del cine por cuanto no hay un establishment mediático y unas galas esperpénticas detrás para darle bombo y platillo a la mierda pseudo-creativa autocomplaciente a la que nos tienen acostumbrados sus vecinos.

Los actores españoles más listos (es un decir) no han dejado de acudir al mercado americano, a las grandes productoras "imperialistas yankees", en una huida más que evidente de la mediocridad y color gris oscuro (o carne teta) del zine español. Lo irónico del asunto es que vamos a subvencionar a unos creativos que ya son lo suficientemente buenos como para poder ir a las productoras americanas y niponas sin necesidad de una palmadita de todos en el hombro. Financiaremos así a los desarrolladores mediocres, ésos que no consiguen lanzar sus propias ideas al mercado ni son contratados fuera, para que, como todos los inútiles redomados del zine español, se crean que son algo más que unas sanguijuelas sociales. Y los pocos que pudieran tener un futuro interesante no tendrán incentivo alguno para desarrollar mejores videojuegos, por cuanto buena parte de su sueldo no dependerá de que éstos se vendan en el mercado.