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Ecodictadores

Si queremos combatir el cambio climático, dicen, ha de surgir un "hombre nuevo", apelación esta que ha sido recurrente en todas las ideologías totalitarias del siglo XX, desde el fascismo hasta el comunismo.

narabanc dijo el día 28 de Marzo de 2009 a las 21:27:

Estas pandas de esbirros al servicio del maligno, pretenden diezmar las población en occidente, con lo cual quedaríamos reducidos a unas cuantas tribus prisioneras de cualquier invasor.
Para cumplir sus objetivos estan dispuestos a todo.Tienen nombres y apellidos, estan en los medios de comunicación, son los que mandan en los políticos (en buena medida). Luego contratan a sus correveidiles, de forma que idiotizan a la población a través de la tv. y demá medios de propaganda.Es urgente romper el statu quo mundial.Si no lo hacemos, lo harán los islámicos y será mas doloroso.Los frentes habrán de ser múltiples.
Para el frente espiritual, el mas importante, necesitamos SIN DEMORA, el concurso de los judío, su unión a los católicos, dejándose ya de zarandajas, pues los necesitamos y mucho.
Para el frente de combate en los medios, tenemos algunos posibles candidatos, pero no son conscientes de lo que nos jugamos.
Espero que la Providencia, si lo pedimos nos eche un cable pero ya.

punt dijo el día 27 de Marzo de 2009 a las 15:16:

Lo del "hombre nuevo" no puede menos que traerme a la mente el Emile, de Rousseau, en el que describía cómo se debe violentar amable pero incansablemente la mente de un niño durante toda su educación, desde la cuna a la mayoría de edad, a fin de crear el tan deseado "hombre nuevo", distinto del que la sociedad forjaría por sí misma (cosas que pasan cuando se quiere hacer ingeniería social)

La violencia descrita por Rousseau consistía en una continua labor de poda de ideas originales, que se redirigían sistemáticamente en la dirección que el "educador" deseaba imprimir al pensamiento de ese niño (aprovechando que el educador es mucho más experto y que el niño, en su inocencia, tiene puesta en él su confianza). Así se lograba extirpar cualquier impulso espontáneo y se programaba a Emilio como "hombre nuevo", perfectamente adaptado a la "sociedad nueva" que se había puesto en marcha y se deseaba perpetuar (en este caso, la Revolución Francesa).

Lo que hace que el secuestro de esa voluntad sea más triste es que el niño cree que esas ideas que le han implantado son suyas (percibe que surgieron de él, pero no que fueron retorcidas por otros) y, al no ser consciente de la cárcel en la que está, se siente libre aun no siéndolo.

La ecodictadura comparte, como todas las dictaduras, la "pasión" por la educación rousseauniana, que es la que abre las puertas a ese "hombe nuevo", apropiadamente despojado de su libertad de pensamiento mediante un concienzudo lavado de cerebro practicado desde la cuna y por parte de todos los elementos del entorno (medios de comunicación, corrección política dominante, violencia explícita esporádica por parte de "concienciados activistas", etc).

¿Saben cuál es el problema? Supongamos lo que la estadística demuestra: que hay una mayoría de personas desinformadas y faltas de criterio (ergo manipulables), y una minoría informadas y con criterio (que no se dejan manipular). La mayoría citada suele compartir uno de los atributos del personaje Emilio: no es consciente de su propia ignorancia ni de la manipulación de que es objeto, de modo que creen que sí saben, aunque no sea cierto.

Llamemos a ese primer grupo mayoritario "ovejas" y al minoritario "pastores", e imaginemos que con ambos formamos un "rebaño". Este "rebaño" virtual es tan democrático que determina sus desplazamientos por votación mayoritaria: mientras las ovejas (mayoría) dirijan al pastor (minoría) y no al revés, dicho rebaño durará poco ya que no alcanzará los buenos pastos y será presa de alimañas, pastor incluído. Cosas que pasan cuando los ignorantes llevan el timón.

Eso es lo triste: aunque uno procure informarse, sea consciente de las mentiras ecologistas, entienda cómo estos lobbies manipulan la sociedad y se oponga a las inútiles medidas que los ecologismos presionan para poner en marcha (muchas cruentas, y no hablo sólo de las "reducciones de población")... siempre hay una mayoría de ovejas bienpensantes que te arrastra precipicio abajo.

Al fin y al cabo, vamos todos en el mismo barco y son las ovejas las que (se creen que) lo dirigen por medio de su mayoría (aunque la dirección la ejerce realmente quien las manipula a ellas). Así, dan su beneplácito a leyes estúpidas pero políticamente muy correctas y nos obligan a cumplirlas a quienes sabemos lo estúpidas que.

¿Se podrá objetar en conciencia frente a los ecodictadores?

Un saludo.

Pitufito dijo el día 27 de Marzo de 2009 a las 13:27:

Lo más lamentable es que los llamados ecolojetas y sus apoyos son los primeros en despilfarro y consumo desmedido con dinero público, frente a la necesaria libertad para que cada uno gaste su dinero legalemente ganado en lo que quiera, ellos fomentan la dictadura sobre el dinero privado mientras despilfarran y se embolsan el dinero público, en fin, un completo sinsentido.

macarthu dijo el día 26 de Marzo de 2009 a las 23:49:

Deberían comenzar por los paises pobres, de oriente próximo, etc, para evitarles sufrimientos innecesarios. A continuación y por predicar con el ejemplo deberían inmolarse quienes esto mantienen o en caso de no tener valor suficiente se les podría aplicar la eutanasia. Los que no creemos en ello, que no se preocupen por nosotros, que nos ocuparemos de que sirvan para nutrir a las hectáreas de bosques que plantaríamos por cada uno de los que dejaran este triste mundo del en el que no parecen querer permanecer mucho.