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Agapito Maestre

A Zapatero le va la marcha

Zapatero, sí, es un arquetipo del político basura del siglo XXI. Todo lo hará en función de sus intereses personales. Someterá a todo tipo de tropelías a la población con tal de mantenerse en el poder.

España es un país bastante salvaje, especialmente si nos dirigimos por la conducta electoral de su población. Ésta no es en modo alguno expresión de preferencias individuales más o menos motivadas y razonadas, en fin, civilizadas, sino la manifestación de una pertenencia colectiva, sin duda alguna, pastoreada por algún "jefe" de manada o similar. Dejemos aparte al histórico pueblo civilizado español, suponiendo que eso haya existido en el pasado, y concentremos nuestra atención en el votante socialista. ¿Removerá la conciencia del votante socialista la decisión de Zapatero de salir de Kosovo sin avisar a Obama? Creo que la respuesta tiene que ser negativa. 

Zapatero puede hacer lo que le dé la real gana con su política exterior que sus votantes lo aceptarán. Puede incluso insultar con sus mentiras y rectificaciones a sus votantes y estoy convencido de que le volverán a respaldar. Él lo sabe y por eso sigue maltratando a los suyos, a los de al lado y a los de más allá. A Zapatero le va esa marcha. Conoce perfectamente que la sociedad española es moldeable como la plastilina. Puede manejarla a su antojo. Zapatero es el gobernante ideal para una sociedad sin principios ni valores. Si hubiera una sociedad civil madura y desarrollada, éste sujeto no habría llegado jamás a presidir un Consejo de Gobierno. Pero, nadie se engañe, la circunstancia española no da para más: Zapatero es el más listo del corral. Tiene bien embridada a la oposición. Es un político que sobrevivirá a sus críticos y correligionarios.

No hagamos, pues, interpretaciones sobre el suceso de Kosovo. Miremos y relatemos. No ocultemos lo obvio: Zapatero tiene su propia "política exterior". La narración de su decisión nos abrirá las carnes. El propio Zapatero ha comparecido en el Senado y se ha ratificado en su decisión. Y, además, ha hecho ostentación, una vez más, con el rollo perverso de que sacó las tropas de Irak y le plantó cara a Estados Unidos. Hará lo mismo en el Congreso. Volverá a exhibir músculo. Insistirá en decir: "Tengo política exterior". ¡Vaya que si la tiene! Si alguien duda de ello, por favor, escuchen lo que Zapatero repetirá en la sesión de control en el Congreso, cuando Rajoy le pregunte por la forma de salir de Kosovo. Ya verán, ya verán, que la respuesta de Zapatero será sencilla: "Bush, en el pasado, no contó conmigo; más aún, dijo que yo era fruto de las bombas del 11-M, pero yo me afirmé sacando las tropas de Irak; Obama, ahora, no cuenta tampoco conmigo, y, por eso, yo vuelvo a sacar las tropas de Kosovo."

La cosa es así de simple, pero "los periodistas" no quieren enterarse de ese "acontecimiento" político. Allá ellos con sus elucubraciones idealistas, o sea, al margen del arquetipo político más importante que ha dado España en los últimos treinta años. Zapatero, sí, es un arquetipo del político basura del siglo XXI. Todo lo hará en función de sus intereses personales. Someterá a todo tipo de tropelías a la población con tal de mantenerse en el poder. El asunto de Kosovo es uno de ellos. Por cierto, El País está analizando lo sucedido con decoro, pero curiosamente no arremete de manera directa contra Zapatero, sino contra la ministra de la Sexta. ¿Hubiera actuado igual el periódico de Cebrián si la ministra del ramo no perteneciese a ese grupo de comunicación? En fin, amigos, presten atención a Zapatero en el Congreso y verán que lo decisivo es que él ya ha dado un toque a Obama: sacará a las tropas de Kosovo; y, de paso, apoyará a esa señora ministra que habla con tono engolado y ridículo.

En cualquier caso, mientras que la nación española, una vez más, es desconsiderada por los países occidentales por la arbitrariedad de su presidente, Zapatero saldrá fortalecido, desde el punto de vista personal, de la tropelía de Kosovo.

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