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La universidad secuestrada

Valiéndose de la dejadez y del miedo a hacer cumplir la ley que atenaza a los rectores, ha terminado por imponerse el discurso frentista y violento de una extrema izquierda que hasta ayer era la niña mimada de los políticos progresistas.

sv87 dijo el día 19 de Marzo de 2009 a las 21:17:

Gracias a Dios que he dejado la universidad este año porque jamás había sentido tal agobio y tal indignación como estudiando allí.
En gran parte de las asignaturas no se evaluaban los conocimeintos objetivamente ni de lejos.Los Profesores tenían en cuenta las intervenciones en clase, en supuestos debates en los que tu opinión debía ser la misma que la suya sino, por supuesto, estabas equivocado y muy probablemente suspendido. En alguna asignatura además te contaban la realización de algún trabajo, siempre en grupos de 5 o 6personas, y en los que cualquiera sacaba un 8 sacando la información de las primeras páginas que aparecían en Google. En muy pocas asignaturas hice algún examen u otro tipo de prueba objetiva,y la mayoría de ellas eran optativas o de liber configuración.
Los horarios eran horribles. Había días que llegaba a las 8 de la mañana y salía a las 8 de la tarde, sin apenas descanso entre unas asignaturas y otras. La asistencia al 90 % de las asignaturas era obligatoria y puntuaba por lo que no tenías más que acudir a clase a pesar de que la mayoría fueran una auténtica estupidez. No se pueden imaginar la sensación de perder el tiempo que tenía.

En una asignatura de lengua española la mayoría de textos que se leían eran en Catalán. En otras muchas asignaturas todos los autores que nos recomendaban para ampliar conocimientos sobre algún tema eran , sospechosamente, catalanes y, no podía ser de otra manera, progresistas. Fueras por donde fueras, en la universidad siempre encontrabas algo referente a los inventados Países Catalanes. Estoy hablando de la universidad de CASTELLÓN, eso es lo gracioso del tema.

Los profesores comentían faltas de ortografía terribles. Algunos de ellos preparaban presentaciones de Power Point que iban corrigiendo a medida que iban apareciendo las diapositivas en clase gracias a que las faltas aperecían en color rojo, y en pantalla grande es imposible no verlas. Además, cuando leías apuntes elaborados por ciertos profesores te dabas cuenta de que tenían el nivel de redacción de un niño de la E.S.O.

Pero lo peor de todo era darse cuenta de que la mayoría de mis compañeros repetían como loros las consignas de los profesores, como si fueran niños de tres años que saben que "la seño" sabe mucho y siempre tiene razón. Se criticaba a los profesores que pedían algún esfuerzo para aprobar y no nadie parecía percatarse de las tremendas garrafadas que se cometían muchas clases.

No quiero extenderme más, aunque podría. Para mí queda claro que la universidad necesita un cambio urgente.

Agal dijo el día 19 de Marzo de 2009 a las 12:15:

Las medidas que se tienen que emplear en la universidad pasan por una sola palabra "Competitividad". Es decir las cátedras se tienen que cubrir con los mejores, no con los amiguetes que han estado suplantando a los catedráticos que no se quieren levantar temprano. Los alumnos que aprueben con nota los créditos, deberán evaluar a los profesores por su valor pedagógico y de conocimientos. Las evaluaciones de cada trienio permitirán, las mejoras salariales que se dicten, los que acumulen malos resultados deberán de volver a presentarse a unas oposiciones de recuperación. ¿Pero quién le pone el cascabel al gato....? Desde luego, con unos gobiernos compuestos por bachilleres, jardineros, electricistas (sin desdoro para estas profesiones) y "trepas", no tienen valía suficiente para enfrentarse al ejercito de la universidad, que como decía un antiguo rector a Franco, es un ejercito en el que todos son coroneles...