¿Por quién me han tomado?
Rajoy es una desgracia para la derecha española (y por tanto para España), es la peor opción que pudo tomar Aznar, es el no-líder que permitió o promovió el acoso moral a María San Gil y que engañó como un chino a Daniel Sirera.
Asombra la cantidad de gente que me ha escrito reprochándome una columna cuyo contenido se resume en esto: cuando te preguntan si tu ex cónyuge conducía un Jaguar, lo más inapropiado es contestar "No me consta". Hay una carta que se deshace en elogios a Rajoy y me afea mi pasado izquierdista (conocido porque a mí me dio la gana de contárselo a Somalo y Noya), y que significativamente remata: "quédese con su Zaplana, su Acebes, y la irresponsable de María San Gil". Fantástico. Si este es el tipo de militancia basura que se está trabajando Mariano Rajoy, a lo mejor habrá que competir con el súper ventas de Somalo y Noya llevando a las librerías un Por qué he dejado de ser de derechas. Aunque el título le conviene más al propio Rajoy. Mis vehementes corresponsales desaprueban que dude siquiera de Ana Mato, en especial desde que un importante periodista y político popular en activo adujo en La Mañana de la COPE argumentos exculpatorios que bien podría haber dado ella.
Me largué del PSC porque se lo estaban llevando crudo unos cuantos listos, como en el resto del socialismo español, con la excusa de la financiación del partido. ¿He dado en Libertad Digital algún motivo para pensar que estoy a favor de cubrir las vergüenzas del PP, o de cualquier otro partido? ¿Por quién me han tomado? No tengo tiempo para cartitas ni para tonterías. Aclaro: me comprometí en su día con el PP de Cataluña porque detesto los linchamientos y porque creí que debía apoyar a los apestados del lugar (hoy han cedido el triste testigo a Ciudadanos). Con ello perdí amigos y clientes. Si alguien ha entrado en el PP para forrarse, no sería en Cataluña, donde uno suele entrar para arruinarse la vida. Hoy creo que Ciudadanos es la mejor opción en autonómicas catalanas. En europeas, UPyD. En municipales de Barcelona, PP (no así en Madrid). También PP en las generales... salvo que siga ahí Rajoy.
¿Por qué? Muy sencillo: porque Rajoy es una desgracia para la derecha española (y por tanto para España), es la peor opción que pudo tomar Aznar, es el no-líder que permitió o promovió el acoso moral a María San Gil y que engañó como un chino a Daniel Sirera, forzado a renunciar a su candidatura precisamente por Ana Mato, que lo sometió a un tercer grado de seis horas. Rajoy ha dinamitado su partido en el País Vasco y Cataluña. Su siniestro legado será el desarme argumental y moral de la España conservadora. A los liberales no nos salpica. Dicho esto, tengo a Rajoy y a su círculo por honrados. Pero si existen indicios de corrupción –y ahora existen–, debe acometerse una minuciosa investigación interna y facilitarse toda investigación externa. Eludir esta necesidad con acusaciones de machismo (¡porque Mato es mujer!), o con el infantil "el PSOE más", sólo aumenta las sospechas.
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