El_Erast
No sé si es la costumbre ya de leerle, pero hoy se le entiende bastante bien. Más aún, encuentro acertada su exposición al hilo de lo que expone Don Agapito. Creo que poco más se puede añadir, salvo estar de acuerdo con uno y otro.
Es quizá ésta una hora demasiado cómica en nuestra democracia, una hora donde ya sólo falta un calzoncillo sobrevolando por la escena para sintetizar aún más la política de bajos niveles, la política pequeña, una hora que es probable que no la pueda aguantar el ciudadano preocupado por España si no es con una gran carcajada de fondo, una hora que, como en toda gran comedia, se representa seriamente por sus actores y nadie, salvo el buen espectador, se da cuenta. Porque el corral de comedias es la antesala del teatro en España, quizá estemos y todo, ante lo que vaya a ser el nacimiento de un nuevo género político que se va a instaurar en un siglo, que es todo, menos de Oro. Lo absurdo y lo banal, la negro que aparece claro, blanco y simple mediante la pregunta-respuesta vacía y evidente, como ha dicho Agapito, es lo que gobierna la vida política española como primer plano sobre sus auténticos problemas.
Quizá sea tiempo de saturnales o sea ésta una fiesta de locos, pero si que creo que señala este y otros hechos parecidos, aparentemente anecdóticos, algo grave: es quizá, el síntoma de lo decadente en España, no ya oscuro, lúgubre y caído, sino oculto e ingenuo, lo decadente escondido precisamente en la luminosidad cegadora y brillante de lo absurdo que nadie declara como tal. Una máscara con una grotesca sonrisa eterna dibujada en el rostro, detrás de la cual, no hay nada.
Los chascarrillos es toda la materia política que se cuenta en la agitada vida pública. No la gran política es la que está en escena, sino la pequeña política. Que si llamó el Sr.Camps a su sastre, José Tomás, cuando le estaba declarando la policía, que si eran por ello sus trajes, que si no fueron regalos del Correa, que si Bermejo y la licencia.....
Dramas ridículos más propios del corazón que de otra cosa. A veces la política y los medios de comunicación parecen auténticos aprendices de la prensa del género rosa. En serio.
La Idea se ha agotado, el contenido ha muerto. Ya sólo queda, la apariencia externa como seco soporte de su propia nada, la pirueta estúpida: el petardeo y la forma vacía del escándalo. Yo no sé si esta política de márgenes hecha para masas simplificadas puede movilizar su voto. Pienso que no, que la pseudociencia que cree que lo hace y así centra la escena pública en estas idioteces es falsa. El "buen político" se reduce a ser hoy inventor de una Idea que quizá se haya dado en cierto asunto sospechoso y que quizá, ( no importa si no lo es, sólo que lo parezca) pueda demostrarse. Esta es la mísera misión del Comité de Ideas de Jesús Caldera, por ejemplo, ideas que por otro lado al PP le faltan y las quisiera. Lo de la caza no ha sido fruto de una idea, sino del más rudimentario método empírico de descubrimiento: la pura casualidad.
Mientras tanto la sociedad disfruta, a la gente le gusta esto. Le da morbo la cizaña, como viejos y viejas corvos de dientes podrididos rebozándose de placer en lo sucio ajeno con risa quisquillosa. Y ellos deciden a quién votar. Este es su espíritu, el espíritu representado carnalmente de su mísera moral. Esta es la verdad y el olor de quien basa su política, ciudadanos y políticos, en estos trapicheos, este es el asqueroso ser disimulado en el lenguaje puerilmente perfumado de inocencia de su calumniador.
Démosle más. Que la política se una al espíritu de la moda y los medios de comunicación susurren como viejas chascarreras sus escándalos. Aumenten las arcas con ello y analfabetícese cada vez más, con esta cultura, la población. España se ha convertido, políticamente, en un corral de comedias celebrado en casa de cada partido, en un trapicheo de alcobas, en un putiferio de mercado político con todos los medios de comunicación a su servicio, en una pasarela, en un Teatro disparatado de "trajes" de ocasión. Se viste una política de diseño hecha a medida para el espectador adoctrinado: el español. Él tiene todos los derechos. Él aplude cada cuatro años o silba al final del espectáculo. Ni siquiera tiene Voz.
¡¡¡ Magnífico !!!. No se puede añadir una palabra mas.
Game Over. Y Camps patético, aferrado al cetro de poder. Demobasucracia en acción. Voto nulo.