Tu artículo me sugiere muchas reflexiones. Primero por qué es tan frecuente la voz “anglosajón” para referirse a autores en lengua inglesa o aproximadamente inglesa. Pío Moa tuvo la feliz ocurrencia (al menos creo que fue suya) de llamar useños a los estadounidenses: el neologismo es más corto que el topónimo que he puesto, y más preciso que ‘americanos’.
Por otra parte, tampoco sería un gran negocio llamar angloparlantes a los que escriben en inglés: mejor sería poner angloescribientes o angloescribas. Pero entonces los pocos sajones que queden quizá se sientan olvidados.
Y con respecto al tema de la leyenda negra voy a decir (o a escribir) dos cosicas. La primera, voy a recalcar el hecho de que por algo es una leyenda. Un mito. Una trola, un embuste, una caricatura, una exageración y un bulo inclusive. Y las cosas falsas siempre triunfan sobre la verdad, al menos en lo que se refiere a la difusión. Por ejemplo, casi todo el mundo piensa que el principal desvelo de Linconl era liberar a los esclavos negros y ponerlos al mismo nivel que los ciudadanos blancos. También podemos citar el caso de ese héroe de campo de concentración llamado Jorge Semprún. O también el caso de ese gran demócrata y amigo del Estado de Derecho que fue Juan Negrín. Por no citar el caso de Dumas y su fábrica de novelas, que cuando se lo comentas a alguien te mira ojiplático y te dice “eres un mentiroso”.
Y también hay leyendas negativas que se sobreponen a una realidad menos terrible. Por ejemplo, aquello de que los cruzados iban masacrando a musulmanes que no hacían daño a nadie, cuando en realidad los musulmanes que pillaban a un peregrino cristiano o a un judío perdido no dejaban de él ni los huesos. Y también está eso otro de que los indios americanos vivían en paz y comunión con la naturaleza y que sólo se volvieron violentos con la invasión de los terribles europeos, pero la realidad es que en todo el continente americano la principal empresa era la batalla y la destrucción de unos pueblos por parte de otros.
Y en la historia de España hay de todo, exageraciones por arriba y por abajo, bulos difundidos por otros países y bulos que creamos y difundimos nosotros, y los mismos errores y atropellos que en otros países. También hemos tenido liberalismo (no cuajó, era muy débil y tenía muchos frentes abiertos) e izquierdismo reaccionario y destructor (anarquismo, socialismo, comunismo) que tampoco ha llegado nunca a cuajar del todo como sí lo ha hecho en otros países de Europa. Y también hemos sufrido las estupideces habituales de carcamales infatuados que han echado a perder el trabajo de muchas personas de buena voluntad que estaban bajo sus órdenes.
En todo caso, está claro que la sandez y vanidad son enemigos que debemos combatir todos los minutos de nuestra existencia si es que queremos un verdadero progreso en esta especie nuestra tan contradictoria.
Humildemente, os deseo salud a todos los os batís el cobre por la Verdad y la Razón.
Miguel
Hoy por hoy los primeros apologetas de la Leyenda Negra son precisamente sus víctimas a ambas orillas del atlántico. Resulta difícil calibrar en qué medida la persistencia masoquista se debe a cierta manera característica de lacerante hipercrítica al acercarse y examinar los hechos históricos, de ser así, entonces la inoculación anglosajona de estereotipos negativos cumpliría un papel de mero comparsa oportunista que conectaría bien con ese espíritu antecedente propio de nuestra cultura. En definitiva, otro feliz encuentro más entre masoquista y sádico. Esto podría explicar porqué las demás víctimas de los estereotipos igualmente hirientes e injustificados esparcidos por los anglosajones –irlandeses, alemanes, franceses, holandeses etc- les importa un bledo la imagen que por allí se vende de ellos y cuentan la suya propia con todo desparpajo y sin inhibiciones (conviene recordar los frágiles que se han mostrado los altivos ingleses en cuanto la cinematografía useña o hindú los ha retratado cómo racistas genocidas –lacrimosos debates en el Parlamento, entonaciones públicas de ‘mea culpa’, reprobación visceral del Imperio etc).
Tal vez aquí, para empezar, debamos dejar de comprar la mercancía averiada del Kamen de turno, taimado oportunista que ha sabido colmar su vanidad al casar con maña su visión cripto racista de la hispanidad con la necesidad de los Xirinacs de ‘terra nostra’ por comprarla y acompañarse así en feliz simbiosis de académicos con los que adornar sus prejuicios.
Y hablando de prejuicios ¿debemos dar por inevitable el triunfo del término ‘latino’?...es que lo aborrezco. Puede que a Foxá le viniese bien para soltar aquello de ‘repartamos las responsabilidades por el desaguisado’, pero más allá de las risas por su ocurrencia, me parece el meme prototipo de la auto negación. Un clásico producto cizaña francés que por supuesto jamás aplican a Québec… c'est le comble
Se nota que la directora de la tesis maneja bien los tópicos y con eso le basta. Puede pensar que la historia no se conoce en España, pero lo cierto es que es más bien ella la que no sabe que la historia fue objeto incluso de una pelicula, año 1977, y como director Fernando Fernan Gomez. Tuvo bastante exito, y seguro que ha sido un tema recurrente de las televisiones con cine español a partir de la una de la noche. Y puesto a manejar tópicos, ahora que estamos de lleno con el darwinismo, llegaron a afectar al mismo autor del Origen de las Especies. Cosas de la superioridad de algunas academias, supongo.