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Los 666, Z y Leire Pajín

Obama habló de guerra contra el terrorismo, patriotismo, valor, confianza, religión, optimismo, trabajo, perseverancia. ¿Tiene algo que ver nuestro socialdemócrata puro con eso? A otro perro con ese hueso.

Pasado el empalago por la competición de cursilería y aldeanismo que ha rodeado el juramento y discurso inaugural del presidente Obama, sería preciso poner unos cuantos puntos sobre unas cuantas íes mal escritas por alguno de los 666 moncloasesores, que habiendo oído campanas no sabe dónde, han hecho repicar tanto al inefable líder "socialdemócrata puro" como a Leire Pajín que Obama es igualito que él.

La inauguración de Obama fue formidable. Sean las que sean las inclinaciones partidistas de cada uno, la visión de millones de americanos –a cuya bandera y por ende nación, ofendió gravemente nuestro "socialdemócrata puro"– celebrando la transición de un presidente a otro, sólo puede suscitar orgullo entre sus connacionales y admiración entre los extranjeros de buena fe. Entre estos no se cuentan los "socialdemócratas puros" que han hecho del antiamericanismo profesión. He aquí el porqué.
 
Si bien el discurso inaugural careció del elevado tono retórico de otras inauguraciones sonadas –como las de Kennedy o Reagan– y se quedó bastante por debajo de las inspiradoras declaraciones de Lincoln o Bush en sus segundos mandatos, la alocución de Obama fue en términos generales correcta, aunque despejó pocas dudas. Un columnista americano de conservadurismo revolucionario la ha definida como retóricamente plana y sustancialmente interesante. Sobre todo para Z, sus 666 asesores y Leire Pajín.
 
¿Qué hay de esta sustancia? Si a cada acto público relevante del presidente español le acompañase un obispo de la Conferencia Episcopal y si rezase antes de decir cualquier inconveniencia, eso que tendríamos ganado por su parecido con Obama. Porque si Obama reza, Z quita crucifijos de las escuelas. En segundo lugar, dijo Obama –atiendan a esto los 666, Z y Leire Pajín–: "según las palabras de las Escrituras, ha llegado el momento de dejar de lado los infantilismos", citando directamente a San Pablo. Ya sabemos que nuestros "socialdemócratas puros" lo desconocen, pero debieran tomar nota, aunque viene en un libro que no han leído, pero que tiene interés, por lo menos para Obama y los millones de americanos que le aclamaban ayer.

El lema, se encargaron de dejar traslucir los allegados al presidente, debía ser "la era de la responsabilidad". Una responsabilidad y un optimismo acerca de América que Obama no comparte con otro socialdemócrata semi-puro que fracasó, Carter. Obama dijo que los Estados Unidos harían frente al temor persistente del declive los Estados Unidos. Reafirmó la grandeza de la Nación y ligó los objetivos y vocación de cada ciudadano a su voluntad y responsabilidad, en la secular convicción americana de que todo es posible –sí, podemos– si se lo proponen, porque no se lo impedirán tiranos ni políticas irresponsables que restringen la libertad.
 
Dijo: "No hay nada tan gratificante para el espíritu, tan representativo de nuestro carácter que entregarlo todo en una tarea tan difícil". Y por si fallan las fuerzas: "Ésta es la fuente de nuestra confianza, el saber que Dios nos llama a dar forma a un destino incierto". Además, recordó, hay una guerra contra el terrorismo: "Nuestra nación está en guerra frente a una red de gran alcance llena de violencia y de odio (...) y los venceremos". Hay más, de lo que ni los 666 ni su jefe ni Leire Pajín saben ni el abc: "Esos valores sobre los que depende nuestro éxito, el trabajo duro y la honestidad, la valentía y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo, podrán ser viejos, pero son verdad". Algo difícilmente comprensible para los integristas del relativismo, nos tememos.

También dijo lo que los 666, Z y Leire Pajín querían oir: "Comenzaremos a dejar Irak, de manera responsable a su pueblo". Que por cierto es lo que hizo Bush; quitárselo a Sadam y entregárselo a su pueblo. Por otro lado, cabe preguntarse acerca de la posibilidad de que el Estado sea eficaz si no es reducido, como sí afirmó valiente y correctamente Reagan en 1981. Por último, si los artistas de cabecera no fueran casi tan limitados como los 666, Z y Leire Pajín, hubiesen podido advertir que hasta el mismísimo Tom Hanks recomendaba en los Golden Globes la lectura de David McCullough, en cuyo libro 1776, probablemente se inspiró Obama para la última invocación al patriotismo y valor de Washington.

Entre otras cosas, Obama habló de guerra contra el terrorismo, patriotismo, valor, confianza, religión, optimismo, trabajo, perseverancia. ¿Tiene algo que ver nuestro socialdemócrata puro con eso? A otro perro con ese hueso. Cuando quieran Z, 666 y Leire Pajín dejar de regodearse en la propaganda y aprender algo debieran empezar, al menos, por leerse íntegro el discurso obamita y decir en qué exactamente coinciden con él.

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