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EDITORIAL

Despilfarro a costa de los Derechos Humanos

Resulta indignante que se recurra al bolsillo del forzado contribuyente para sufragar una faraónica obra que poco tiene que ver con el Desarrollo y la defensa de los Derechos Humanos y mucho con los delirios de grandeza del presidente Zapatero

Con tal de promocionar internacionalmente esa nihilista paparruchada de la "Alianza de las Civilizaciones" y con tal de confundirla con la reivindicación y defensa de los Derechos Humanos, el Gobierno español ha decidido financiar el 40 por ciento de los 20 millones de euros que, aproximadamente, costará la renovación de la Sala XX del Palacio de Naciones de la ONU en Ginebra y de su cúpula, pintada por el artista español Miquel Barceló.

Concretamente, la renovación de la Sala, que se denominará tras su inauguración "Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de las Civilizaciones", tendrá un coste de 18,5 millones de euros, más una desviación autorizada del 10% sobre esta cantidad. La financiación de la fundación creada para llevar a cabo esta obra de ignorado valor artístico que España dona a Naciones Unidas, es en un 60 por ciento privada, con algunas de las más importantes empresas españolas incluidas en el proyecto, y en un 40 por ciento pública.

El embajador de España ante la sede europea de Naciones Unidas, Javier Garrigues, no ha querido dar a conocer el desglose del coste total de la obra, al tiempo que ha confirmado la bochornosa utilización de una partida de medio millón de euros de los Fondos de Ayuda al Desarrollo.

Aunque poco haya que objetar –siempre, claro está, que no haya ocultas contraprestaciones políticas de por medio- a la donación libre y voluntaria que puedan hacer empresas y particulares, resulta indignante que se recurra al bolsillo del forzado contribuyente para sufragar una faraónica obra que poco tiene que ver con el Desarrollo y la defensa de los Derechos Humanos y mucho con los delirios de grandeza del presidente Zapatero.

Si a los partidarios del expansionismo del mundo libre ya nos parece nauseabundo que se confunda la defensa de los derechos humanos con la amigable alianza con supuestas civilizaciones caracterizadas por empobrecer y cercenar las libertades de sus poblaciones, que encima se erija un costosísimo monumento a esa confusión, nos parece un despilfarro intolerable; especialmente teniendo en cuenta la durísima crisis económica que padecemos.

Si la ONU quiere de verdad promocionar la defensa de los Derechos Humanos que empiece por cuestionar la voz y voto que concede a los bárbaros regímenes que se caracterizan por la sistemática violación de esos mismos derechos. En cuanto a Zapatero, si no fuera porque nos consta que lo que busca con todo este despilfarro es propaganda y promoción política, le pediríamos que empezara por abandonar las malas compañías tercermundistas que no son modelo alguno ni de civilización, ni de desarrollo ni de defensa de los derechos humanos.

Dada la esperada presencia del Rey en los actos de inauguración, hasta nos parece iluso esperar que Zapatero no termine utilizando a la Corona también como coartada.

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