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Rafael Tamames

Cambio de ciclo

Este nuevo paso de Google resulta, cuanto menos, inquietante, ya que es casi lo único que le faltaba para estar presente en todas las actividades de un usuario en la red: búsqueda, contenido, análisis, publicidad y, ahora, navegación.

Mientras en un lado de la galaxia Microsoft anuncia que está pensando en crear una tienda de aplicaciones para su sistema operativo Windows Mobile, después de ver el éxito que está teniendo el iPhone de Apple, el omnipresente Google, nos presenta Chrome, su nuevo y primer navegador. Google ataca el único monopolio que tiene Microsoft en internet, el navegador se convierte de nuevo en caballo de batalla justo a la vez que se está decidiendo cual es el sistema operativo y/o navegador que se impone en los teléfonos móviles.

Google afirma que con este navegador sólo quiere fomentar la innovación y la competencia, y que por eso seguirán financiando Mozilla, por lo menos hasta 2011. Esta fecha parece no estar elegida al azar y puede marcar el fin de la financiación de productos como Firefox por parte de Google, justo cuando Chrome tenga una cuota de mercado aceptable. Durante esos cuatros años se pueden desarrollar diferentes versiones del navegador y hacerlo llegar a la mayoría de mercados que son interesantes para la multinacional. Llegados al 2011 Mozilla deberá caminar sólo si el precio de la financiación hace insostenible mantener dos navegadores.

Pero vayamos a lo práctico, ¿qué ofrece el navegador de Google? ¿Puede existir un progreso significativo en un navegador web? La primera gran diferencia con su principal competidor, Internet Explorer, es que Chrome está basado en código abierto, por lo que cualquiera puede modificarlo y mejorarlo. La segunda es que Google pretende convertirlo en una plataforma para aplicaciones, en principio las suyas propias. El gigante plantea integrar las búsquedas con su sistema Google Suggest, y al parecer se están desarrollando otras aplicaciones que toman como base productos de Google (Adsense, Analytics, etc.) para integrarlos en esta navegador/plataforma. Y la tercera es su velocidad, su motor JavaScript v8 hace que se puedan ejecutar de una manera más rápida procesos comunes y aplicaciones futuras que necesiten mayor capacidad de procesamiento. Por lo tanto, sí parecen existir mejoras significativas que hacen que merezca la pena probar este navegador y comparar. Por ahora sólo existe una versión beta para usuarios de Windows, los usuarios de Mac y Linux tendremos que esperar para poder probarlo.

Este nuevo paso de Google resulta, cuanto menos, inquietante, ya que es casi lo único que le faltaba para estar presente en todas las actividades de un usuario en la red: búsqueda, contenido, análisis, publicidad y, ahora, navegación. Habrá tiempo para observar qué hace Google con toda la información que recoge de estas actividades, pero lo que sí demuestra a día de hoy el lanzamiento de Chrome, sumado a muchos otros, es que indica un cambio de ciclo en el mercado de las tecnologías de la información, en el que Microsoft va siempre a remolque de las iniciativas que proponen empresas como Google o Apple.

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