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Michelle Malkin

La izquierda contra los reclutadores militares

El atentado de Times Square no fue un incidente aislado, sino una consecuencia completamente predecible de la imprudente tolerancia hacia esos peligrosos traficantes "de la paz" que rozan la sedición.

Las ideas tienen consecuencias. La inacción tiene consecuencias. Durante los últimos años he estado informando de la escalada bélica de la izquierda contra los reclutadores militares y de la respuesta apática y endeble que provocaba. Los vándalos anti-reclutadores han prosperado en los campus universitarios y los enclaves progres gracias a una combinación de indiferencia de la población, ineficacia de las fuerzas del orden y apología ideológica de la extrema izquierda.

Han pasado un par de semanas desde el atentado contra el centro de reclutamiento militar de Times Square. La investigación prosigue, y también la negación por parte de la izquierda de que exista actualmente una campaña contra los reclutadores militares. Pero en una conferencia nacional de anarquistas celebrada en Washington, D.C. causó furor una "pegatina de solidaridad" glorificando al ciclista homicida. En internet, los "pacifistas" amenazaban a la Bandada de Águilas, un colectivo nacional de apoyo al ejército que organizó una concentración de condena en Times Square. De Pittsburgh a Berkeley, los pacifistas radicales han difamado a los reclutadores como "chulos de la muerte" y "pedófilos". El colectivo Code Pink sigue organizando protestas improvisadas para expulsar a los reclutadores de las principales zonas metropolitanas.

El atentado de Times Square no fue un incidente aislado, sino una consecuencia completamente predecible de la imprudente tolerancia hacia esos peligrosos traficantes "de la paz" que rozan la sedición. ¿Locos solitarios? He aquí una breve historia de los recientes actos de vandalismo y violencia del movimiento contra los reclutadores militares. Yo enumero y usted decide:

¿Cuándo acabará esta escalada bélica? No se vislumbrará su final hasta que los legisladores, las fuerzas del orden, los medios y la opinión pública abran sus ojos ante el odio, hagan sus deducciones y dejen de mimar a los cada vez más enloquecidos y envalentonados militantes pacifistas antes de que exploten más bombas (y haya heridos inocentes) en nombre de "la paz".

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