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EDITORIAL

Zapatero y el beneficio de la duda

Si ya se hubiera revocado la resolución en favor del diálogo con ETA e instado la ilegalización de los proetarras de ANV, podríamos comprender, aunque no lo compartiéramos, que algunos creyeran que ZP tiene un irreversible propósito de enmienda

Lo más sensato que podría haber hecho el Gobierno tras dar ETA por concluida su más reciente tregua hubiera sido revocar la resolución de 2005, la que apoya ese eufemismo nacionalista tan oxigenante para la banda como ajeno al Estado de Derecho que conocemos como "final dialogado de la violencia", y promover, a través de la Fiscalía General del Estado, la ilegalización de los batasunos de ANV y PCTV. Si Zapatero hubiera actuado así en tiempo y forma, en Libertad Digital podríamos comprender, por mucho que no lo compartiéramos, que algunos creyeran que la reactivación del imperio de la ley y de la lucha policial contra la banda no obedece a una engañosa y efímera fase electoral, sino a un definitivo e irreversible propósito de enmienda por parte de los socialistas.

Ahora bien, dado que el Gobierno del 14-M se ha negado repetidas veces a revocar esa contraproducente oferta de impunidad y negociación que siempre entraña, en cualquier circunstancia, cualquier "diálogo" con ETA, ni ha hecho tampoco nada –salvo silenciar pruebas– para que la Ley de Partidos logre poner fin a la representación política y subvención pública que gozan los proetarras, creer que Zapatero no vaya a volver a las andadas pasadas las elecciones ya son ganas de querer engañarse a sí mismos.

Más aun cuando esa voluntad de autoengaño respecto a Zapatero proviene de medios de comunicación próximos a la oposición del PP, que hace escasísimos días publicaban una información según la cual los nuevos contactos entre el PSOE y ETA, lejos de posponerse para después de las elecciones, ya se estarían produciendo. Claro que, como diría Mayor Oreja, "hay quienes de tanto buscar el centro terminan por perder el norte".

Hoy, en cualquier caso, el Partido Popular en el Congreso brindará por cuarta vez desde que ETA diera por finalizada su tregua una espléndida oportunidad al PSOE de hacer creer a los españoles que el Gobierno va en serio con sus recientes proclamas en favor del "peso de la ley" y de "la derrota de ETA".

Si el PSOE respalda esta vez a su antiguo socio en el Pacto por las Libertades, revoca el diálogo con los terroristas e insta la ilegalización de los proetarras, será cuestión de tiempo el saber si la rectificación del Gobierno respecto a ETA es sólo una "fase", según la terminología acuñada por Rubalcaba, o supone por el contrario un compromiso irreversible con el Estado de Derecho. Pero si Zapatero, aun en estas circunstancias, vuelve a negarse a romper con los nacionalistas no merecerá ni el beneficio de la duda.

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