Los rumores sobre gPhone cobran fuerza
A Google le permitiría hincar el diente publicitario al sabrosísimo mercado que formamos las personas que vamos por ahí buscando un restaurante para cenar cerca de donde nos encontramos o un cine donde echen la última de la Zeta Jones.
Durante mucho tiempo estuvimos oyendo rumores sobre el futuro lanzamiento por parte de Apple de un teléfono móvil, que fueron cuidadosamente desmentidos por la realidad hasta que, fíjate tú por dónde, Steve Jobs anuncio el iPhone, cuyo parecido con los teléfonos que se describían como posibles sólo acertaron en el nombre. Posiblemente la única empresa que pueda competir de tú a tú con Apple en cuestión de rumorología es Google, y fíjate tú por dónde, lo que se lleva diciendo desde hace meses es que está en proceso de entrar en el mercado de la telefonía móvil con su propio "gPhone".
Hay un problema antes esta hipótesis, claro, y es que quitando las máquinas que ofrece a empresas e instituciones que quieren incorporar en sus webs su tecnología de búsqueda, unos ingresos marginales dentro de su cuenta de resultados, Google nunca ha vendido aparatos de ningún tipo. Y a personas normales y corrientes, como usted o como yo, jamás les ha vendido ningún gadget. ¿Qué razón habría, por tanto, para entrar en un mercado que les es tan ajeno? Probablemente necesitarían de la ayuda de una compañía del gremio con la que compartir beneficios y, suponiendo que tuviera éxito –que posiblemente lo tuviera gracias a la fuerza de su marca, a no ser que el móvil en cuestión fuese una auténtica porquería–, sería otra línea de ingresos marginales dentro de su cuenta de resultados.
Sin embargo, durante los últimos días está cobrando fuerza otra hipótesis: que gPhone sea en realidad un proyecto de sistema operativo para móviles, basado en Linux, con todas las aplicaciones de Google incluidas –Gmail, Picasa, Maps, Calendar, Docs, el buscador, en fin, ya saben, el equipo completo–, que competiría con Symbian y el exitoso producto de Microsoft en ese campo, Windows Mobile. Incluiría todo tipo de facilidades para que los desarrolladores pudieran crear sus aplicaciones para la plataforma, que en principio estaría abierta a todo tipo de dispositivos, fabricantes y empresas de telefonía, que no tendrían que pagar por él ni un duro. Y a Google le permitiría hincar el diente publicitario al sabrosísimo mercado que formamos las personas que vamos por ahí buscando un restaurante para cenar cerca de donde nos encontramos o un cine donde echen la última de la Zeta Jones.
Existen varios indicios que apuntan en esa dirección. El primero es la adquisición en 2005 de la empresa de software para móviles Android, cuyo equipo sería el responsable del desarrollo de gPhone. Otro es el repentino silencio de muchas compañías del sector en todo lo que se refiere a Google, un extraño mutismo que podría ser debido a sus posibles acuerdos con el gigante de Internet para incorporar sus servicios y aplicaciones en la nueva plataforma. Y hay que recordar que Eric Schmidt, el "otro" de Google, ya declaró que la telefonía móvil es el mercado que ofrece mayores perspectivas de crecimiento para la empresa y que han invertido mucho en él. Y, sobre todo, es un camino que tendría mucho sentido y estaría dentro de la filosofía habitual de la compañía.
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