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El laicismo como ideología

Bajo el nombre de "laicismo" se está imponiendo en Europa y España una manera de pensar que es esencialmente totalitaria y violenta.

Nuestros lectores pueden fácilmente leer fácilmente el catálogo de la exposición Dios(es). Modo de Empleo, destinado, cómo no, a los escolares, que mantiene el ya típico esquema "argumental" del laicismo. En primer lugar, una declaración de intenciones tan superficial como amable; la convivencia, el diálogo, el encuentro de culturas, la tolerancia... Fórmulas tan atractivas como vacías de contenido. Porque tales conceptos no son abstractos, sino concretos: ¿Convivencia con quién? ¿Diálogo con quién? ¿Encuentro con quiénes? ¿Tolerancia respecto a quién y respecto a qué?

En segundo lugar, tras el buenismo, el laicismo presenta su verdadera cara; una ideología totalitaria de carácter antidemocrático y antiliberal, impulsada por la izquierda y no lo suficientemente combatida desde la derecha liberal. Ideología que puede resumirse someramente en tres puntos:

  1. Una concepción determinada de la persona, concebida como algo vacío de creencias y valores independientes de la sociedad. Los niños deben llegar a la escuela como una tabula rasa, donde el Estado les enseñará lo que está bien y está mal, lo que deben pensar y lo que no. A tal fin responde Educación para la Ciudadanía y la obsesión política por eliminar cualquier fuente de autoridad distinta a la suya.
  1. Una concepción determinada de la sociedad y de la historia, entendida como el progreso continuo desde la oscuridad y la barbarie religiosa hasta la luz y la civilización laica y progresista. Todo pasado y tradición debe ser dejado atrás. La historia se crea de nuevo, los valores tradicionales deben ser eliminados.
  1. Una concepción determinada de la política; alguien debe ser quien vele por el "progreso" de la sociedad. Ese alguien es el Estado, y con él los "ingenieros de almas". Se consideran Mesías de la libertad humana, líderes incuestionados, porque toda legitimidad moral parte, exclusivamente, de ellos. Cuando la única fuente de moral en España sean Peces Barba, Moratinos y Zapatero, ¿cómo juzgar moralmente a Peces Barba, Moratinos y Zapatero?

Lo hemos dicho anteriormente y no nos cansaremos de repetirlo: bajo el nombre de "laicismo" se está imponiendo en Europa y España una manera de pensar que es esencialmente totalitaria y violenta. Totalitaria porque no admite un espacio de la conciencia humana al margen de lo que el poder político dicte. Violenta porque expulsa de lo socialmente tolerable a todo aquel que piense, crea u opine de manera distinta.

Cierto es que a nadie debe extrañar que Moratinos, que cuenta entre sus amigos con entusiastas perseguidores de la libertad de conciencia, encabece la ofensiva antirreligiosa y antihumanista de la izquierda. Más preocupante es el hecho de que parte de la derecha española calle, la cobije y la ampare, como hace el alcalde de Madrid. El laicismo, además de ser una ideología violenta, es también una tentación relativista. También en la derecha.

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