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EDITORIAL

Cuando Rajoy ejerce el liderazgo

Nadie hace más incuestionable el liderazgo de Rajoy que éste cuando lo ejerce. Cosa distinta es cuando Rajoy se deja sumergir en ese "perfil bajo" que otros aprovechan para sacar baza o meter la pata, dentro y fuera del Partido Popular.

Si bien la proclamación por aclamación de Mariano Rajoy como candidato del PP a la presidencia del gobierno no merecería, por descontada, comentario alguno, el espléndido discurso que para la ocasión ha dirigido a la Junta Directiva de su partido sí merece varias consideraciones, pues ha expuesto en él lo que debería ser la guía de actuación de todos los miembros del Partido Popular en esta larga y decisiva campaña electoral

Frente a maniobras personalistas como las de Gallardón, Rajoy ha "exigido" –a todos pero sin citar a nadie– que se dediquen al único objetivo de ganar las elecciones. Y lo ha hecho, además, transmitiendo convicción, firmeza e ilusión a un discurso en el que ha esbozado los que debían ser, ciertamente, principales temas de campaña del Partido Popular. Tal es el caso de la lucha contra el terrorismo y la denuncia de los chalaneos del gobierno con ETA, la reivindicación de la España constitucional y la crítica de la deriva nacionalista del PSOE, o los retos que para el bienestar ciudadano ofrece una situación económica que ya muestra preocupantes síntomas de deterioro.

Rajoy debe mantener –y exigir a los demás que mantengan– la forma y el fondo de ese discurso, incidiendo en estas cuestiones que, ciertamente, constituyen el talón de Aquiles de Zapatero y que han hecho de su gobierno el más funesto de nuestra reciente historia democrática.

A este respecto, no podemos dejarnos en el tintero el decepcionante contraste que ofrece el espléndido discurso de Rajoy con la gris entrevista concedida por el director del programa electoral del PP, Juan Costa, al diario La Razón: que Costa no haya ni siquiera mentado a ETA, cuando el Gobierno de Zapatero ha sido, con gran diferencia, el que más concesiones y oxigeno ha facilitado a la organización terrorista, y que, sin embargo, reivindique el artificial y discutible problema del cambio climático como uno de los principales desafíos y preocupaciones de su partido, es sólo una muestra de por qué las declaraciones del director del programa electoral del PP no han estado a la altura del discurso de su principal candidato.

En cualquier caso, nadie hace más incuestionable el liderazgo de Rajoy que el propio Rajoy cuando lo ejerce. Cosa distinta es cuando el dirigente popular se deja sumergir en ese "perfil bajo" que otros aprovechan para sacar baza o meter la pata, dentro y fuera del Partido Popular.

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