Nacionalismo lingüístico
En las Baleares el consejero de Interior es de ERC, un partido que solo obtuvo 2000 votos. Pues bien, ese señor (asaltador de piscinas) decidirá la supresión de la televisión en castellano, cuando en Mallorca es el idioma que habla el 40% de la población.
Hace tiempo que no entramos en polémicas. Nunca he entendido eso de "sin ánimo de entrar en polémicas". ¿Por qué va a ser malo polemizar? Entiendo que la polémica (guerra de ideas, de palabras) desplaza la necesidad de pelearse. Para calentar motores basten esos apasionados párrafos de José María Navia-Osorio:
Empiezo leyendo los lamentos y reproches que le hacen los pro-nacionalistas catalanes. Estos señores son de los que prefieren llorar. Sentido del humor el justo. ¿Por qué les resulta tan difícil ponerse en el lugar del resto de españoles? A los españoles no catalanes y a muchos españoles catalanes no les gusta o no saben hablar catalán. Si un catalanista quiere que estas personas le entiendan tendrán que hablarles en español. Si no quieren que les entiendan pueden hablarles en catalán o en italiano que viene a tener la misma dificultad de comprensión para un español. O no hablarles. Pero que no se nos enfaden.
Hace unos años estuve en Alguero, sabían más o menos el mismo catalán que yo. Si les saludabas en catalán te ponían la misma cara que en Calatayud cuando preguntas por la Dolores. No es por desilusionar pero hay más personas que hablan zulú que catalán. El catalán supera por poco al búlgaro y le saca un millón de parlantes al tártaro. Los catalanoparlantes tienen que comprender que el resto de habitantes del planeta Tierra no tengamos especial interés en aprender su lengua. Va en gustos, tienen que entenderlo. Tampoco tienen por qué disgustarse los catalanoparlantes porque ellos ganan a los que hablan euskera o gallego y no digamos a los que hablan el aranés, también en tierra catalana.
La conclusión es fácil. ¿Quieren que les entienda mucha gente? Hablen español. ¿Les gusta hablar con sus familiares o amigos en su lengua materna? Usen el catalán. ¿Les da igual que no les entiendan? Si están con no catalanoparlantes hablen en catalán y si están con catalanoparlantes hablen en euskera. Y si están con ingleses háblenles en español, tampoco les entenderán Pero la pregunta clave es ésta: ¿quieren sentirse superiores? Obliguen a los no catalanoparlantes a hablar en un idioma que desconocen. Diviértanse, si lo hablan mal llámenles charnegos. Sean clasistas, digan que [el español] es un idioma que en su casa sólo hablan las criadas. Suspendan a sus hijos si no pueden contestar un examen en catalán.
Carlos Loeda (argentino, hijo de gallegos, Barcelona) expresa este lamento que tantos españoles sienten:
He visto dolorido como ha evolucionado en estos últimos treinta años Barcelona, de ser un faro universal de cultura cosmopolita para los latinoamericanos, una especie de Nueva York hispánica, a un pueblo grande con un tufo localista digno a lo más de Munich.
De nuevo asoma la reacción antinacionalista. Era de esperar. Anoto este otro memorial de agravios de José Luis Cabo García:
Mi pregunta es breve, ¿por qué preocuparse tanto por la unidad de España? Tengo 29 años, soy de Salamanca y vivo en Madrid. No he tenido otro remedio que buscar trabajo en la capital, dado el escasísimo trabajo y falta de oportunidades que hay en mi tierra. Si no estoy mal informado usted es oriundo de Zamora, ¿verdad? Ni le cuento cómo están allí las cosas. Es dramático. La situación es muy distinta en Cataluña y País Vasco. Dadas sus irracionales peculiaridades fiscales, la contribución de las provincias vascas a la "solidaridad interterritorial" es casi nula; y Cataluña va por el mismo camino. ¿Por qué debemos preocuparnos por una posible separación? Es España un país especialmente desagradecido y muy cicatero con las regiones leales (un buen ejemplo sería Castilla y León). Sorprendentemente las prebendas a autonomías "rebeldes" no cesan. Nunca aprendemos.
María Palacios (Barcelona) comenta que, al final de la disputa, "tras innumerables dimes y diretes, en las escuelas de Cataluña, de 30 horas semanales, ni siquiera tres serán en castellano, ni el 10% [...] ¿Alguien ha medido las consecuencias de tratar como una lengua extranjera en las escuelas catalanas a la lengua común de todos los españoles?". La consecuencia es que se intenta desplazar el conocimiento de una lengua internacional (el castellano) para realzar una lengua étnica (el catalán). El resultado es que la clase acomodada catalana rellenará el vacío dejado por el castellano con el conocimiento del inglés. A su vez, las clases populares catalanas mantendrán el castellano oral como idioma doméstico y se quedarán solo con el catalán como idioma escrito. Todo lo cual indica que se va a producir una ulterior división por clases sociales según la lengua hablada. La situación se va a parecer un poco a la de Filipinas, lo que no deja de ser algo estrambótico.
Agustín Fuentes critica el punto 7 de mi heptálogo para detectar el carácter de "lengua de comunicación" que tienen algunos idiomas. La exigencia de ese punto es que los hablantes del idioma en cuestión no se consideran, por eso mismo, nacionalistas. Sostiene don Agustín que él se identifica como español por hablar la lengua española y "su defensa es parte de mi ideario personal". En su caso será así, pero la mayor parte de los hispanoparlantes no se sienten nacionalistas por ese rasgo. Desde luego, eso es así para los angloparlantes. En cambio, los euskaldunes (= hablan vasco) se identifican como nacionalistas, más o menos declarados, por el hecho de su lengua propia.
Íñigo Martínez-Labegeria (Budapest, Hungría) me escribe agradablemente sorprendido por alguna referencia cariñosa que he dedicado a los vascos. La sorpresa es para don Íñigo al escribir yo "en un medio tan manifiestamente vascófobo" como es LD. No creo que LD pueda ser "vascófobo". Otra cosa es que en estas páginas se pueda disentir de los nacionalistas vascos. Pero al menos es mi opinión que los nacionalistas vascos han hecho mucho daño al pueblo vasco, y por tanto, al pueblo español. Por tanto, mi sentimiento es vascófilo. ¿Cómo no va a serlo si viví mi adolescencia en San Sebastián?
José Antonio Martínez Pons razona la paradoja de que en las Baleares el consejero de Interior es de Esquerra Republicana de Cataluña, un partido que solo obtuvo 2000 votos. Pues bien, ese señor (asaltador de piscinas) decidirá la supresión de la televisión en castellano, cuando en Mallorca es el idioma que habla el 40% de la población. En los medios de Baleares se impondrá el català estándar. Ni Franco, un dictador, se atrevió a tanto. Añado que, con esas y otras medidas de parecido juez, en Baleares se perderá la identidad regional (o nacional, si se prefiere). Todo ello se hará con muy pocos votos, en nombre del nacionalismo... catalán.
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