Ignacio Cosidó
La alternativa imprescindible
La gran alternativa que España necesita en este momento tiene que basarse sobre todo en la defensa de principios y valores básicos para nuestra convivencia y nuestro progreso, unos principios que en estos momentos están siendo puestos en cuestión por Zapa
España necesita hoy más que nunca una alternativa creíble e ilusionante al desastre del Gobierno de Zapatero. Cuatro años más de ZP en La Moncloa pueden resultar tan catastróficos para nuestra convivencia democrática, para la pervivencia de nuestra Nación, para la viabilidad del Estado y para la credibilidad de España en el exterior, que sería luego muy difícil restaurar el mal causado y volver a situar el país en la senda de estabilidad, de progreso y de proyección iniciada no sin altibajos tras la Transición democrática. Generar esa alternativa y ganarse la confianza de una gran mayoría de españoles es el gran desafío, y también la enorme responsabilidad, que tiene el Partido Popular en este momento histórico. Sólo el PP tiene hoy la posibilidad de ofrecer esa alternativa al desastre de Zapatero y sus socios radicales.
No será una tarea fácil. El Gobierno Zapatero ha centrado toda su acción política en atacar al Partido Popular, en desacreditar a la oposición democrática y en tratar de aislar a los populares con la indecencia del “cordón sanitario” anticipado en el Pacto del Tinell. Para destruir a su adversario político tampoco han mostrado los socialistas ningún escrúpulo para manipular la realidad, utilizar todos los instrumentos del poder al servicio de sus fines partidistas e incluso falsificar la historia cuando les ha parecido conveniente. El PSOE es tan consciente de los errores de Zapatero que con su campaña negativa sólo aspira a que la gente los termine reeligiendo como un supuesto mal menor.
Pero es también una tarea imprescindible. El PP tiene sin duda, bajo el liderazgo de Mariano Rajoy, los valores, las ideas y las personas necesarias para construir esa alternativa y para lograr ilusionar a la sociedad española en ese gran proyecto. Tres cosas resultan esenciales en mi opinión para su éxito. En primer lugar, ganar la batalla de las ideas y de los valores frente al pseudo-progresismo relativista y al neo-pacifismo buenista de Zapatero. En segundo término, acertar con los mensajes transmitidos a la sociedad, poniendo énfasis en aquellas cuestiones que más preocupan a los ciudadanos y proponiendo soluciones claras y creíbles a sus problemas. Por último, potenciar la capacidad de hacer llegar esos mensajes a los ciudadanos siendo capaces de contrarrestar la imagen negativa que desde el PSOE y desde el Gobierno se proyecta de forma constante y mezquina sobre el PP.
Mariano Rajoy ha sabido transmitir mensajes claros en dos de los problemas que más preocupan a los españoles. En materia de terrorismo ha defendido con toda rotundidad que su objetivo es la derrota de ETA frente a la política de apaciguamiento y claudicación que ha desarrollado Rodríguez Zapatero. Respecto a la inmigración, el PP ha defendido también con claridad una política de mayor control y rigor frente a la política de “puertas abiertas” y “papeles para todos” del gobierno Zapatero, una política insensata que amenaza con desbordar la capacidad de acogida de nuestra sociedad. El PP defiende también la necesidad de lograr una mayor integración y asimilación democrática de la población inmigrante frente a la multiculturalidad y la permisividad ante la excepcionalidad que proclama la izquierda.
El Partido Popular ha desarrollado, a su vez, una alternativa clara en política territorial y en materia económica. En el primer caso existe un detallado programa que incluye una reforma de la propia Constitución que evite un desguace progresivo del Estado. En economía hay también una extensa lista de medidas para relanzar nuestro crecimiento, incluyendo una ambiciosa reforma fiscal que supondría una sustancial bajada de impuestos para la gran mayoría de los ciudadanos. En estas dos cuestiones cruciales es necesario insistir con una mayor potencia y cohesión en el mensaje.
La gran alternativa que España necesita en este momento tiene que basarse sobre todo en la defensa de principios y valores básicos para nuestra convivencia y nuestro progreso, unos principios que en estos momentos están siendo puestos en cuestión por Zapatero. La defensa a ultranza de nuestra libertad frente a aquellos ceden ante el terror, coquetean con los dictadores o pretenden imponer el adoctrinamiento ideológico en las aulas. La defensa de nuestra Nación frente a aquellos que la consideran algo discutido y discutible y que no dudan en mercadear con el Estado para lograr apoyos parlamentarios. La defensa de la familia frente a aquellos que no sólo la ignoran sino que la desvirtúan con iniciativas como el matrimonio homosexual.
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