A por la Monarquía

En el último verano de Zapatero como inquilino de La Moncloa, si las urnas lo remedian, el presidente del Gobierno ha hecho un nuevo servicio a la causa de su tan reivindicado abuelo, el capitán Juan Rodríguez Lozano. De forma inopinada, y está por ver hasta qué punto calculada, la fiscalía particular de ZP ha puesto en marcha una operación de secuestro de una publicación marginal donde se caricaturizaba de forma cobarde y denigrante a los Príncipes de Asturias, el eslabón más débil de la Institución.

Mientras la estructura gubernamental se lanzaba selectivamente a una teórica defensa de la Monarquía, los socios de Zapatero en los distintos puntos del todavía territorio nacional aprovechaban el montaje contra la Corona para arremeter con saña contra la Familia Real. El primero en ponerse a la cabeza de la manifestación fue el titular de Interior del Consejo de Mallorca, el asaltapiscinas Joan Lladó, que no quiere que la primera familia de España utilice Marivent como residencia oficial de verano. Todo un recibimiento al Jefe del Estado y su familia cuya mala fortuna en este inicio vacacional, gracias a ZP, todavía no había hecho más que empezar.

Faltaba el otro socio de relieve del Ejecutivo de ZP, con el que el PSOE se ha repartido las nueces en sus componendas con la ETA para expulsar al Partido Popular de la política, para dejar del todo claras las posiciones. Iñaki Anasagasti entraba en escena llamando "impresentables" y "pandilla de vagos" a los reyes. El senador del PNV y secretario primero de la Cámara Alta dejaba escrito en su blog que "dos meses de vacaciones, un Bribón nuevo, cacerías y ausencias" son "el verdadero escándalo y no el dibujito".

El colofón, por ahora, lo ha puesto el fiscal General del Estado quien ha explicado que espera que el debate del secuestro de El Jueves sirva "para que los ciudadanos en general estén mejor protegidos en supuestos de abuso por parte de los medios de comunicación". ¿Hablando se entiende la gente? El veraneo real ha comenzado. Continuará.