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Víctor Llano

Defecto de fábrica

Llegó la hora de los que jamás consintieron en silencio su barbarie. El futuro de Cuba también está en manos de la disidencia. No está de más recordar las palabras de Martha Beatriz Roque: "Después de tanto remar no vamos a morir en la orilla".

No sé si el último vídeo en el que pudimos ver a Castro junto al Gorila Rojo se grabó cuando nos dicen que se grabó. Lo que no pueden ocultar es que Esteban Dido está más para allá que para acá. Los que le cuidan sólo lograrán prolongar la agonía que le permitirá conocer una mínima parte del sufrimiento que con tanto éxito multiplicó en sus víctimas. En cualquier caso, no deja de llamar la atención que sus herederos nos lo expongan siempre en chándal y a la vera de Hugo Chávez.

Las imágenes que insisten en mostrarnos del máximo líder de los multimillonarios no pueden ser más humillantes. O está tan enfermo que no se puede vestir más que con un chándal, o lo que nos quieren vender como su última aparición responde a una descomunal trola. No me fijé mucho –sufro una especie de rechazo insuperable cada vez que tienen a bien exponernos su espectro– pero me cuentan que en el último vídeo no se podía leer, como en su anterior aparición, su nombre en el chándal.

O estamos ante un defecto de fábrica, o ante la más burda de de las falsificaciones. No pretenderán que creamos que a Castro le regalaron varios chándales, unos con su nombre y otros sin él. En cualquier caso, sólo mentiras y cintas de vídeos trucados podemos esperar de los que durante cuarenta y ocho años no nos han contado más que patrañas. Vivo o muerto, conectado a una máquina o abrazando a Hugo Chávez, tan loco como estuvo siempre o un poco más, Castro ya no podrá ordenar muchos más crímenes.

Llegó la hora de los que jamás consintieron en silencio su barbarie. El futuro de Cuba también está en manos de la disidencia. No está de más recordar las palabras de Martha Beatriz Roque: "Después de tanto remar no vamos a morir en la orilla". Oswaldo Payá, Martha Beatriz y Óscar Elías Biscet sobrevivirán a su verdugo y a su fantasma.

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