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Pablo Molina

El euskobispo

Los seminarios del País Vasco continúan plácidamente casi vacíos (el de Vitoria lo pueden convertir cuando quieran en un "hotelito con encanto"), prueba de los extraordinarios frutos apostólicos de la acción pastoral de Blázquez y sus coleguis.

Mira que hay sábados en el año que relucen más que el sol. Pues nada, va el obispo de Bilbao y convoca una manifa en el País Vasco el mismo día que el Foro de Ermua y cien asociaciones más en Madrid. Naturalmente no lo ha hecho por joder, sino para que los amantes de la paz no tengan que desplazarse hasta la capital del Estado vecino.


El lema que ha elegido Monseñor para movilizar a su grey es de lo más marchoso: "Muévete por la paz" (coño, Monseñor, no sabía que estábamos en guerra), curiosa apelación al "movimiento" más propia del anuncio de una fiestaca rave que de una llamada grave a la conciencia ciudadana para acabar con el terror. Lo paradójico del caso es que uno acude al documento elaborado por la Conferencia Episcopal que él mismo preside en torno a este asunto y no aparece por ningún sitio la necesidad de moverse, como no sea el movimiento estrictamente necesario para que los terroristas acudan a la cárcel, que es básicamente lo que piden quienes se manifiestan con el Foro de Ermua en la capital.

El texto con el que Blázquez ha dado a conocer su iniciativa, "invita a mirar también los pasos de otras personas y quiere animar a sumarse a otras iniciativas y propuestas que se ofrecen en medio de nuestra realidad". Con esas "otras iniciativas y propuestas" se refiere lógicamente a cualquiera excepto las que proponen las víctimas del terrorismo, que al parecer no son del agrado de Monseñor; por eso se monta su propia manifa.

Por supuesto Monseñor Blázquez es muy libre de convocar las manifestaciones que su recta conciencia cristiana le dicte, aunque algunas de ellas, como en este caso, escandalicen a no pocos católicos. Este viernes Mikel Buesa, presidente del Foro de Ermua, criticaba en una televisión la iniciativa episcopal afirmando que "obispos como estos son los que han hecho que pierda la fe", llamada de atención que Monseñor debería tener en cuenta pues todos sabemos lo que su "Jefe" opinaba de quienes causaran escándalo.

Y mientras tanto los seminarios del País Vasco continúan plácidamente casi vacíos (el de Vitoria lo pueden convertir cuando quieran en un "hotelito con encanto"), prueba de los extraordinarios frutos apostólicos que la acción pastoral de Blázquez y sus coleguis de la curia está alcanzando en aquellas tierras. Pero todo sea por el bien supremo de la construcción nacional. Lo demás se nos dará por añadidura. Hasta la paz.

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