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Pedro Bringas

The porn player, Calderón y el reto de Dieter

La única pega al juego de Garbajosa es que, de momento, sigue sin conseguir adaptarse a la distancia NBA de la línea de tres puntos; en el momento en que suban sus porcentajes de tiro de tres, Chris Bosh encontrará muchas más facilidades para anotar.

Jorge Garbajosa ya se ha ganado su apodo en la NBA: The porn player. Ahora sólo falta que el departamento de merchandising de los Raptors se ponga a trabajar y comercialice productos con la leyenda de marras, aunque dudamos de que se vaya a atrever. Por lo visto, la explicación al mote es que Garbajosa hace de todo y todo bien. Quedémonos con "Míster Europa", ya que la revista italiana Superbasket le ha otorgado el premio de mejor jugador europeo del año 2006; el jurado lo tuvo fácil pues el de Torrejón, entre otros méritos, ha sido campeón de la ACB, del Mundial de Japón y mejor novato, hasta el momento, en la NBA. Escribimos de Garbajosa cuando acaba de jugar su peor partido desde que aterrizó en la NBA y después de haber estado parado varios encuentros por culpa de una lesión.

Las estadísticas no bastan para medir el alcance de la aportación de Jorge a los Raptors, siempre le toca dejarse la piel en defensa. Tras una pretemporada excepcional, ayudado por el rodaje que traía de Japón, los inicios, una vez comenzada la competición oficial, no fueron tan halagüeños ya que el entrenador le racaneaba los minutos. Ser campeón del mundo y un jugador maduro no eximen de tener que pagar ciertos peajes. Su inclusión en el cinco inicial del equipo canadiense ha tenido mucho que ver en que Sam Mitchell se haya comido el turrón, o lo que coman en Canadá en Navidad. La única pega al juego del pívot es que, de momento, sigue sin conseguir adaptarse a la distancia NBA de la línea de tres puntos; en el momento en que suban sus porcentajes de tiro de tres, Chris Bosh encontrará muchas más facilidades para anotar.

Mientras Míster Europa afina la puntería, su compatriota y compañero de equipo, José Calderón, sigue a lo suyo a pesar de que el entrenador lo sigue utilizando como repuesto de T.J. Ford. Mitchell le concede cinco minutos menos que el año pasado y Calde le responde anotando dos puntos más de media y mejorando sus porcentajes de tiro. Mucho tiene que ver el dinero en decisiones como éstas. Ford llegó a los Raptors con el caché y el salario de superestrella y sería demasiado atrevimiento saltarse el guión y dar los galones al extremeño, por mucho que sus números, teniendo en cuenta los minutos que juega, sean muchas veces bastante mejores que los del ex de los Bucks. Si Joan Plaza estuviese al mando los minutos se distribuirían de otra manera.

Dieter Brandau me retó hace tiempo –cuando aún se podía permitir el lujo de dedicar su tiempo a otra cosa que no fuesen los informativos de Libertad Digital Televisión– a que encontrase un cinco mejor que el suyo: Michael Jordan, Julius Erving, Larry Bird, Kareem Abdul Jaabar y Wilt Chamberlain. Dieter comete tres errores: jugar con dos escoltas para subir el balón y repartir el juego (el mismo experimento de Malikovic en el Madrid el año pasado y que acabó con fracaso total), tener dos cincos puros –uno de los cuales tendría que perseguir a mi cuatro por fuera de la zona– y no tener en cuenta el resultado del experimento futbolístico y galáctico de Florentino Pérez. En mi cinco están Steve Nash, Dwyane Wade, Dirk Nowitzky, Pierce y Duncan: tampoco son mancos y sin duda están, hoy por hoy, en mejor forma que los suyos.

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