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Thomas Sowell

Una falsa violación para ganar unas elecciones

Políticamente, el caso lo tenía todo: universitarios blancos de familias acaudaladas en una universidad rica y prestigiosa contra una mujer negra que era estudiante en una institución cercana para negros mucho más pobre y menos distinguida.

Después de la reciente bomba informativa sobre el caso de "violación" de la Universidad de Duke,incluso algunos de los partidarios del fiscal del distrito Michael Nifong han empezado a desvincularse de él. Y no es sólo porque el director de un laboratorio de ADN prestase testimonio bajo juramento en diciembre de que tanto Nifong como él sabían allá por abril que no se encontró rastro alguno de ADN de ninguno de los jugadores de lacrosse de la Universidad de Duke sobre el cuerpo de la stripper que les acusa de violación, o incluso porque se descubriera ADN de otros hombres en su ropa interior y en zonas íntimas de su cuerpo.

Lo más condenable fue que Nifong y él acordaron mantener en secreto este hecho a pesar de la obligación de entregar las pruebas exculpatorias a la defensa. Además, el pasado mayo, el fiscal del distrito Nifong dejó constancia de una declaración afirmando que la fiscalía "no tiene conocimiento de ningún material o información adicional que pueda ser de naturaleza exculpatoria", pese a que él ya sabía el resultado de las pruebas de ADN cuando la firmó.

El principal diario de la ciudad, que antes de estas revelaciones había apoyado a Nifong en sus editoriales, ahora dice que su actuación fue "inexplicable" y "anómala". Las acciones de Nifong carecen de explicación lógica sólo si se asume que su propósito era averiguar la verdad de lo que realmente sucedió en la fiesta donde la stripper afirma haber sido violada. Yo nunca he asumido esa premisa en mis columnas. Jamás me he creído que el foco de este caso estuviera en una violación, los jugadores de lacrosse de Duke o las "bailarinas exóticas".

Las actuaciones del fiscal Nifong son perfectamente consistentes y lógicas de cabo a rabo, en cuanto uno enfoca este caso desde el punto de vista de la carrera profesional de Nifong.

Volvamos a la casilla de salida. ¿Dónde estaba Nifong antes de que se presentase este caso? Había trabajado en la oficina del fiscal del distrito durante años y fue nombrado fiscal interino después de que su jefe dejara el puesto para convertirse en juez. Ahora Nifong afrontaba unas elecciones difíciles frente a una mujer a la que una vez había despedido y que sin duda lo despediría si llegaba a ganarle en las urnas.

¿Dónde hubiera dejado eso a Nifong? Pues en la calle a una edad en la que casi nadie se pone a comenzar una nueva carrera. Tanto su pensión como su empleo estaban en peligro. Además, su contrincante era la favorita para ganar las elecciones.

Entonces apareció de la nada el caso de "violación" de la Universidad de Duke, como si fuera un regalo del cielo. Políticamente, el caso lo tenía todo: universitarios blancos de familias acaudaladas en una universidad rica y prestigiosa contra una mujer negra que era estudiante en una institución cercana para negros mucho más pobre y menos distinguida.

Por encima de todo, estaban los votantes negros que podían decantar las elecciones en favor de Nifong si jugaba la baza racial y juraba combatir en el presente contra todas las injusticias raciales del pasado. ¿A quién le importaba dónde estuviera el ADN de quién? Este caso podría salvar la carrera de Nifong. No hay nada "inexplicable" en lo que hizo. Despreciable sí, inexplicable no.

Sus acalorados estallidos de cólera contra los estudiantes de Duke en los medios no son inexplicables. Tampoco el error de organizar una rueda de reconocimiento que incluía exclusivamente a los jugadores blancos de lacrosse de Duke, para que la demandante identificara a los culpables, saltándose todos los procedimientos recomendados en estos casos, uno de los cuales es incluir en ellas a personas que no son sospechosas del caso para poner a prueba la credibilidad de la acusación. ¿Pero cómo iba a arriesgarse a poner a prueba la credibilidad de la demandante antes de las elecciones?

No le importaba ganar el caso, sino ganar las elecciones. No estaba previsto que se presentara al tribunal hasta un año después, lo que demuestra muy poco interés en la justicia, porque si esa hubiera sido la principal preocupación se habría intentado que el caso se dilucidara mucho antes, ya fuera para encarcelar a los estudiantes de Duke o para exonerarlos. Pero nada sugiere que la justicia estuviera entre las prioridades de Nifong.

Ahora que tantas de sus fechorías han sido conocidas por la opinión pública, la agenda del fiscal se limitará a intentar mantener su puesto de trabajo y evitar ser expulsado de la profesión o, incluso, ser procesado.

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