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Juan Carlos Girauta

La boca pequeña

Políticos y periodistas han parido la bestia, la equivalencia incendiaria: ser catalán y no nacionalista te convierte en enemigo de Cataluña. Y al enemigo se le atiza. Así están las cosas. No nos vengan con cuentos de condenas.

No nos van a engañar a estas alturas. Hemos visto tantas cosas. Hemos lamentado tantos silencios y tantos guiños y tantos codazos. Justificaciones y crucifixiones. Dobles baremos y triples patrañas. Sus condenas no eran creíbles, queridos Duran, Mas, Montilla, Carod. Ustedes están encantados con la atmósfera catalana, y en concreto con el microclima de Martorell. Sólo que esta tormenta no tocaba exactamente ahora. Le darán la vuelta; ya se la están dando: el PP agredió a unos socialistas que pasaban por allí. Cosas de la extrema derecha.

Las condenas no eran creíbles porque las emitieron los organizadores y los azuzadores. Las dejaron escapar por la boca pequeña, la boquita pintada de demócratas, la de mentir, porque las elecciones están encima. Nada de lo que diga o haga la clase política catalana antes del 1-N es de fiar (y después, tampoco). Ahí están los carteles en castellano de la Generalidad, que se acuerda de la lengua de la mayoría sólo para levantar el voto. A otro perro con ese hueso.

Tan enfermos están que reputan insoportable provocación de Acebes y Piqué su costumbre de abandonar los locales por la puerta en vez de usar las alcantarillas, al modo de los golpistas de Estat Català en el 34. Si en Cataluña se desata la furia cada vez que el PP y los Ciudadanos se comportan como si hubiera libertad es porque los medios de comunicación catalanes han preparado con fervor el caldito de cultivo en su grandiosa olla pública y podrida, recipiente al que han ido arrojando cuanto tenían a mano para darle más sabor al latrocinio.

Políticos y periodistas han parido la bestia, la equivalencia incendiaria: ser catalán y no nacionalista te convierte en enemigo de Cataluña. Y al enemigo se le atiza. Así están las cosas. No nos vengan con cuentos de condenas.

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