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Robert Spencer

"Odiamos Canadá"

La ideología de la jihad debe ser confrontada y combatida como tal, o continuará extendiéndose y alimentando a terroristas y subversivos.

Investigadores han descubierto recientemente una serie de mensajes en foros de Internet redactados por las esposas de un grupo del que se sospecha pertenece al terrorismo islámico. En ellos se pueden encontrar estos comentarios:

"Conoce a lo que harás frente un día. Que te llamen terrorista, que te hagan parecer un salvaje, pero ten presente que ESTO [el ejército americano] es la escoria del planeta, el destructor sin civilizar de la humanidad".

"[Y] si [mi marido] rechaza alguna vez una oportunidad clara de irse a la jihad, entonces quiero acogerme al divorcio".

"Todos los políticos musulmanes son corruptos. No hay ninguno que esté dispuesto a llevar el país según las leyes de Alá, en su lugar luchan por controlar el país según las leyes de la democracia".

"¿Acepta usted un sistema que separa la religión del estado? ¿Va a prestar juramento y alianza a un partido que coloca leyes seculares por encima de las leyes de Alá? ¿Va a idolatrar lo que ellos idolatran? ¿Va a arrojar por la ventana lo más importante que te convierte en musulmán?"

"Que Alá aplaste a esos judíos, los someta, les humille. Que Alá convierta en viudas a sus esposas y en huérfanos a sus hijos".

"Que Alá maldiga a los judíos. Ameen"

Estos mensajes y muchos otros del mismo estilo no fueron escritos en Pakistán, Arabia Saudí o Yemen. Fueron redactados en Canadá por varias de las esposas de los conspiradores terroristas jihadistas arrestados recientemente: Mariya, la esposa del presunto líder del complot, Fahim Ahmad; Nada Farooq, esposa de Zakariya Amara, de quien se cree que era el segundo de abordo; Rana, la mujer de otro sospechoso, Ahmed Ghany; y Cheryfa MacAulay Jamal, una conversa al Islam y esposa de Qayyum Abdul Jamal, que presuntamente incitaba a otros a actuar con sus feroces sermones predicando la jihad y el odio contra cristianos, judíos y Occidente, y cuyas violentas exhortaciones eran toleradas por los encargados de la mezquita porque les sacaba la basura.

Los analistas de izquierdas que explican la jihad islámica como reacción a la opresión y las atrocidades de Occidente, así como aquellos a izquierda y derecha que presumen que la educación y la exposición a los valores y la cultura occidentales aplacarán la fuerza de esa jihad, tienen verdaderas dificultadas para explicar el fenómeno de jihadistas y simpatizantes jihadistas que nacen y crecen en países occidentales. Por supuesto, el Council on American Islamic Relations y otros portavoces islámicos intentan llenar este vacío con sus informes tan publicitados de crímenes de odio contra musulmanes en países occidentales, pero cuando lo mejor que puedes aportar como prueba son unos cuantos insultos en un supermercado, es difícil establecer la tesis de la opresión de musulmanes a gran escala.

Pero, si no están oprimidos, ¿qué podría haber inspirado de manera plausible el odio y el desprecio que sienten estas mujeres hacia su propio país? Cuando se le preguntaba qué es lo que pensaba que era único de Canadá, Nada Farooq contestaba: "¿A quien le importa? Odiamos Canadá".

¿Por qué alguien que reside en Canadá y se beneficia de su libertad y su prosperidad odiaría Canadá? Casi seguro porque se le ha enseñado a hacerlo. Nada Farooq y las demás mujeres que redactaron los comentarios de arriba han sido educadas sin duda en que toda cultura y sociedad no musulmana es jahiliyya: ignorante y bárbara, sin valor y digna sólo de ser despreciada.

El comentarista egipcio del Corán y teórico de la Hermandad Musulmana Sayyid Qutb (1906-1966), cuyos escritos son populares hoy entre los musulmanes de Occidente, enfatizaba esto: "Tolerar los conceptos de la Jahiliyya [sociedad de los infieles] que está presente en el mundo y coexistir en la misma tierra junto con un sistema jahili no es la tarea del Islam... El Islam no puede aceptar ninguna mezcla con la Jahiliyyah. O el Islam prevalece, o la Jahiliyyah; no hay ningún término medio posible. Las órdenes proceden de Alá o de la Jahiliyyah; o la sharia de Alá prevalece o lo harán los deseos de la gente: 'Y si no te responden, entonces ten presente que ellos solamente siguen su propia lujuria. ¿Y quien está más perdido que aquel que sigue sus propios deseos pecaminosos sin la guía de Alá? ¡Ciertamente! Alá no guía a los desobedientes'. [Corán 28:50]... El principal deber del Islam es reemplazar a la Jahiliyyah de la dirección del hombre, con la intención de elevar a los seres humanos a la posición elevada para la que Alá les ha escogido".

De igual manera, Syed Abul Ala Maududi (1903-1979), fundador del partido político paquistaní Jamaat-e-Islami, que aún es el mayor exponente del Islam político en Pakistán, afirmaba que los no musulmanes "carecen por completo de derecho a conservar el poder en cualquier parte de la Tierra de Alá o a dirigir los asuntos colectivos de los seres humanos según sus propias doctrinas equivocadas". Si lo hacen, "los fieles estarán en la obligación de hacer todo lo posible para arrebatarles el poder político y hacerles vivir sometidos al estilo de vida islámico".

Esto es un tema de convicción religiosa. Estas ideas no serán refutadas mediante educación acerca de valores occidentales, que representan parte de la jahiliyya despreciada por estas mujeres y sus maridos, o mediante un mejor acceso a la vivienda o el empleo. Una lección relevante que las autoridades deberían extraer de estos mensajes en Internet es que el terror islámico no es un problema que pueda solucionarse mediante ingeniería social. No puede ser aplacado mediante gestos de buena voluntad, negociaciones o concesiones. En los países occidentales existe hoy una enorme y creciente población de musulmanes, entre los cuales hay muchos que no tienen intención de asimilarse o adoptar los valores y perspectivas occidentales, y que clasifican a Occidente con igual desprecio y desdén que muestran estas mujeres en Internet. La ideología de la jihad debe ser confrontada y combatida como tal, o continuará extendiéndose y alimentando a terroristas y subversivos.

Pero para que las autoridades entiendan esto y tomen medidas positivas para tratar con ello, primero tendrían que admitir que el Islam lo tiene todo que ver con el terrorismo, algo que hasta ahora se han enorgullecido en negar . Y esa negación solamente garantiza que habrá muchas células de la jihad más en Canadá y en los países occidentales con las esposas de los conspiradores aplaudiendo desde la barrera.

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