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Jorge Vilches

Batasuna in crescendo

¿Y si la resurrección de Batasuna no fuera más que la escenificación de un falso enfrentamiento? ¿Una dureza que justificara unas amplias concesiones a los etarras, unas concesiones que ya estarían acordadas?

Los batasunos están muy preocupados por la actitud del PSOE. Y es natural. Pero ellos solitos se animan, salen a la calle y no tienen ningún problema para hacer ruedas de prensa o manifestarse. Ni siquiera para decir a los cuatro vientos lo que esperan del gobierno Zapatero: una consulta electoral sobre el futuro del País Vasco, incluida Navarra, y bondades penitenciarias, como excarcelaciones y acercamientos. Parece que la criada terrorista ha salido respondona. Batasuna amenaza con volver a la "lucha armada" y asegura que, si esto continua así, soltará en el patio de vecinos todo lo que ha hecho y dicho con el PSOE, en la intimidad, desde hace meses.

Pero, ¿qué negociación hay sin gritos, golpes en la mesa y discusiones? La apariencia cuenta mucho para batasunos y socialistas. Los etarras salen a la calle porque, pase lo que pase, ganan. Si les prohíben manifestarse venderán que el Estado reprime la "democracia abertzale", y si les dejan tomar las calles se fortalece la unidad, identidad y fuerza de Batasuna. Cada movimiento hay que venderlo muy caro, mostrar que se sufre mucho, que una cesión es prácticamente un parto sin epidural. Y tras la negativa a abolir la ley de partidos, la legalización ha de presentarse como una concesión etarra, un gesto de buena voluntad.

El obstáculo con el que se encuentran los socialistas es doble. El primero es el mismo que tuvieron los ejecutivos de González y Aznar: son gobiernos democráticos, por lo que su margen de acción es más estrecho, mientras que ETA-Batasuna se mueve a sus anchas. El segundo es que el gobierno Zapatero se ha empeñado en capitalizar electoralmente "el proceso" marginando al PP. Esto le sujeta a las elecciones de 2007, con lo que introduce la variable temporal en la negociación, debilitándole aún más.

En todo esto, se hace difícil creer que los finos estadistas que rodean al presidente no tuvieran presente este posible escenario. Es más; en una ocasión Zapatero dijo que la negociación sería larga y difícil. ¿Y si la resurrección de Batasuna no fuera más que la escenificación de un falso enfrentamiento? ¿Una dureza que justificara unas amplias concesiones a los etarras, unas concesiones que ya estarían acordadas? Esto es; ¿y si se está permitiendo la actividad de Batasuna para mostrar que existe un "conflicto político" y así justificar el futuro ejercicio del "derecho de autodeterminación", la excarcelación de los émulos de Txapote y asimilados, el acercamiento de presos, o el planteamiento de lo de Navarra? ¿O es que esto se podría presentar con una Batasuna desahuciada? Parece que es preciso reavivar el "conflicto político" y a los batasunos para que tenga sentido esa reestructuración de España y el tratamiento de la "cuestión vasca".

Nos quieren contar que Batasuna no estaba muerta, que estaba de parranda. Pero la orquesta toca, y el ruido no nos impide oír la música. Estamos en el segundo movimiento de esta sinfonía; el de Batasuna in crescendo
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