Tres bocazas en la SER
Son infinitos los ejemplos de dicha campaña intoxicadora, pero hoy quiero fijarme en tres de ellos, que me han parecido significativos, entre otras cosas porque se pudieron oír en la cadena de radio polanquista.
Llevamos ya veintiocho años de España constitucional, después de una Transición que resultó, si no modélica, sí bastante satisfactoria, pues permitió que abandonáramos sin demasiados traumas una larga dictadura y que nos incorporáramos a las democracias occidentales. Ahora, este modelo democrático está siendo desmantelado artera y aceleradamente. Con el atentado del 11-M se inició no solo un cambio de gobierno, sino un cambio de régimen. Pero los ejecutores de esta transición inversa necesitan, entre otras cosas, descalificar, desacreditar o, como se dice ahora, estigmatizar a todo el que ponga de manifiesto la perfidia o se resista a ella: a las víctimas del terrorismo, a los poquitos medios de comunicación indóciles y, por supuesto, al único partido que –a veces– hace oposición a la vigente alianza de todas las izquierdas y de todos los nacionalismos (incluidos los terroristas). Son infinitos los ejemplos de dicha campaña intoxicadora, pero hoy quiero fijarme en tres de ellos, que me han parecido significativos, entre otras cosas porque se pudieron oír en la cadena de radio polanquista.
En primer lugar, en el programa de Gemma Nierga, el conocido showman venezolano Boris Izaguirre dijo que el PP se está convirtiendo en muchísimo más antidemocrático que la ETA. Aquello le sonó feo hasta a la Nierga, que, amablemente, discrepó del histriónico personaje. Un par de días después, para salvaguardar su talante, el propio Boris reconoció que su comentario había sido desafortunado.
Significativo fue también lo que se pudo oír en el programa de Francino, que se hacía desde el Congreso de los Diputados, en la jornada de puertas abiertas. Un hombre dejó sobre el escaño de Zapatero una foto de Miguel Ángel Blanco y dos rosas blancas manchadas de rojo, mientras gritaba "¡Libertad, dignidad y justicia!". Inmediatamente fue detenido y desalojado. El incidente fue captado en directo por los micrófonos de la SER y en ese momento el crítico cinematográfico Carlos Boyero, contertulio de la cadena de Prisa, quiso hacer una gracia y comparó el hecho con el Tejerazo de 1981. Sin comentarios.
Y, por último, Miguelito Bosé que, entrevistado por Francino, afirmó que la derecha está en la democracia solamente porque quiere dinamitarla desde dentro. Maravilloso. Aunque es obligado precisar que el hijo de Dominguín en seguida exculpó de la labor dinamitera a Alberto Ruiz Gallardón, que recientemente ha adjudicado al cantante el honor de ser pregonero de las fiestas de San Isidro.
En fin, con estos tres personajes he pergeñado el ovillejo que pueden leer a continuación.
¿Quién nos da mil aliporis?
Boris.
¿Quién delira con Tejero?
Boyero.
¿Y quién denigra al PP?
Bosé.
Los tres empiezan por be
y tienen las mismas trazas,
pues son tres bo… bo… bo… cazas
Boris, Boyero y Bosé.
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