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Juan Manuel Rodríguez

Enrique Sánchez, ¿portavoz o calamar gigante?

Imagínense que alguien de esta directiva se marchara a Londres para fichar a Henry. "¿Quién preside el club?", preguntaría Tití. "No lo sabemos". "¿Y quién entrena al equipo?". "Ni idea". "¿Saben por lo menos quién jugará conmigo?". "No".

Estaban tremendamente indignados mis compañeros con la actitud de don Enrique Sánchez, portavoz de la junta directiva del Real Madrid, hombre afable y educado donde los haya, correcto hasta decir basta, pero comisionado por sus compañeros para distraer, cuando no equivocar, la atención de los periodistas. Llegados a este punto convendría aclarar, por si todavía queda por ahí algún despistado, que, al igual que los jefes de prensa no están para facilitar la labor a los periodistas sino para ejercer de guardaespaldas mediáticos de quienes les pagan, la labor de los portavoces no es, en absoluto, la de aclarar las cuestiones sino la de entenebrarlas, desfigurarlas, lobreguecerlas y obnubilarlas hasta producir, justamente, una reacción de incomprensión total, una sensación de calígine plena.
 
Por lo tanto quien acudiera a la rueda de prensa del estadio Santiago Bernabéu con la intención de saber algo más de lo que sabía al principio se equivocaba de medio a medio. La misión del periodista consistía sólo en explicarles a sus televidentes, oyentes o lectores, depdendiendo de los casos, a qué familia de calamar gigante pertenecía el señor Sánchez. Y yo, tras haberle dado mil vueltas esta noche a tan peliaguda cuestión, puedo decirles a los lectores de Libertad Digital que me inclino por pensar que don Enrique, portavoz de la junta directiva del Madrid, es un "Taningia Danae", un cefalópodo parecido al que capturaron hace seis años en las playas de Ribadesella, Asturias. Debo contrastar algún dato más, pero por las fotos que he visto los tiros van por ahí. Repito, un "Taningia Danae".
 
Continuamos sin saber qué día se convocarán las elecciones. Seguimos sin conocer si Carlo Ancelotti tiene o no tiene un precontrato, una servilleta, un trozo de papel higiénico o un "post-it" firmado con el club. Preguntado por si había dimitido alguien, Enrique Sánchez dijo que no; luego el club tuvo que emitir un comunicado oficial confirmando que, efectivamente, había dimitido alguien: Marta Silva de Lapuerta, secretaria de la Junta... ¡Estaba el patio como para preguntarle al portavoz por Henry!... Imagínense que alguien de esta directiva se marchara a Londres para fichar a Henry. "¿Quién preside el club?", preguntaría Tití. "No lo sabemos". "¿Y quién entrena al equipo?". "Ni idea". "¿Saben por lo menos quién jugará conmigo?". "No". En esas circunstancias lo normal sería que Henry aceptara irse al Barça presidido por Laporta, entrenado por Rijkaard y jugado por Ronaldinho. Pese a todo no debemos desfallecer. Sabemos que el precio de los abonos y de los palcos subirá una media del ocho por ciento, y estamos informados al minuto, casi me atrevería a decir que al segundo, de los actos de inauguración del estadio Alfredo di Stéfano. Si la "saeta" tuviera cuarenta años menos, más de uno iba a tener que salir corriendo Castellana arriba.

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