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Oscar García Mendoza

Viva Chávez

En estos siete años las ganancias del sector bancario han sido las mayores de su historia. Ha crecido sustancialmente y en su mayoría apoya al gobierno.

A siete años del actual gobierno son muy pocos los venezolanos que están agradecidos del gobierno de Chávez. Venezuela ha recibido más de 375 mil millones de dólares en ingresos petroleros y la realidad es caos en la infraestructura, aumento en la desnutrición y la pobreza, desastre administrativo y no paramos de contar. Pero algunos sí que se han beneficiado. Entre esos ha sido muy privilegiado el sector bancario. En estos siete años las ganancias del sector bancario han sido las mayores de su historia. Ha crecido sustancialmente y en su mayoría apoya al gobierno.

¿Qué ha sucedido? La banca, desde el comienzo del régimen, ha actuado como mecanismo facilitador del flujo de caja del gobierno y le ha permitido llevar el gasto corriente no productivo a los niveles deseados por la administración. Ha sido el mecanismo conductor de los flujos del gobierno. Por un lado recibe fondos de empresas del estado y de ministerios y por el otro adquiere títulos de la deuda pública exonerados del impuesto sobre la renta, realizando así grandes beneficios.

En días recientes se quejaba el superintendente de que los bancos casi no pagan impuestos, estando a la vista la razón: si una gran parte de sus ingresos provienen de bonos exonerados, deben pagar o poco o nada.

El 31 de enero un artículo del diario Financial Times relata cómo el Ministerio de Finanzas realiza ventas opacas, sin subasta, de bonos argentinos a bancos locales, a quienes menciona con nombre. Estos bancos, dice el reportaje, adquieren los bonos en bolívares al mercado controlado y de inmediato los venden generando una utilidad que milagrosamente se evapora. Hasta hoy los involucrados no han desmentido la noticia.

La banca goza además de privilegios contables: revalorizaciones, cartera fuera de balance. Y se rumora que en vista de la enorme liquidez monetaria se van a bajar los índices Basilea a fin de que los bancos puedan captar más, sin que los banqueros tengan que capitalizar. El festín puede durar mientras aguanten los ingresos petroleros o quizá menos, pues el nivel de gastos es tan exorbitante que tendrán que acudir cada vez más a la emisión inorgánica de bolívares y a la inflación, de hecho la más alta de Latinoamérica por años.

Llegará el momento en que por más "amistad" ya no sea posible mantener la ganancia y la ilusión de solvencia y en ese momento los perdedores serán los depositantes, como siempre sucede. Colapsado el régimen, algunos desde lejos seguirán proclamando agradecidos: "Viva Chávez".

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