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Ignacio Villa

Las siniestras lecciones de Rubalcaba

No deja de ser paradójico que quién fuera portavoz del Gobierno de los GAL y de la corrupción ahora se empeñe en enseñarnos la Constitución a los españoles.

Menudo ataque de nervios ha sufrido Pérez Rubalcaba. Este martes, a primera hora, Mariano Rajoy anunciaba la iniciativa del Partido Popular de promover un referéndum nacional para que los españoles se pronuncien sobre la reforma del Estatuto. Dicho de otra forma: los populares están dispuestos a movilizar a la calle y a la militancia para volver a protestar contra las formas de hacer política de un Zapatero que está dilapidando toda la herencia constitucional.

Pérez Rubalcaba –muy nervioso, casi convulso– ha salido a responder a Rajoy diciendo que la iniciativa del PP no es viable y que “es un disparate inconstitucional de primero de carrera”, recuperando además ese argumento de que el Partido Popular está “agitando la calle”. Rubalcaba debe estar muy cansado porque pierde los nervios a la mínima. Todos recordamos lo que vivimos el 13 de marzo en tantas ciudades españolas en lo que llamaban “manifestaciones espontáneas”, durante las cuales Rubalcaba se encontraba en la sede de Ferraz convocando ruedas de prensa y, por lo tanto, rompiendo el día de reflexión por primera vez en la reciente historia de España. Si algo está claro, es que él nos podría dar mil lecciones de agitación callejera.

No deja de ser paradójico que quién fuera portavoz del Gobierno de los GAL y de la corrupción ahora se empeñe en enseñarnos la Constitución a los españoles. Rubalcaba se empeña en decir a los demás lo que tienen que hacer. Suponemos que al portavoz socialista le gustaría utilizarnos a los españoles como "simples robots" para obedecer sus directrices políticas. Es una pena para usted, señor Rubalcaba, pero aunque nos vea como borreguitos los españoles pensamos. Millones de españoles están en contra de las constantes barbaridades de este presidente del Gobierno. Zapatero podrá romper España de acuerdo con los nacionalistas pero no puede pretender contar con la complicidad de la mayoría de los españoles.

Quizá por eso se entienden perfectamente los nervios del portavoz socialista. Si el PP promueve un referéndum y consigue para ello el apoyo de millones de firmas, el PSOE se tiene que poner como una moto. Y es que detrás de la habitual colección de insultos, se encuentra el hecho innegable de que el PP puede conseguir movilizar a mucha gente fuera de tiempo electoral. Y eso es un componente totalmente novedoso. Si Rubalcaba está nervioso es que tiene motivos. Un Gobierno sin el apoyo de la calle significa el inicio de  la cuenta atrás de su mandato.

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