La rebelión de los electrodomésticos
En la siguiente versión de Windows, los PC tendrán una mano que te mostrará el dedo corazón cuando intentes ejecutar determinados programas.
¿Qué ocurriría si su lavadora, de repente, se negase a lavar porque detectase que en su interior se encuentra una determinada prenda? ¿O si su frigorífico se desconectase y emitiese salvajes pitidos porque cierto alimento que no merece su aprobación ha sido introducido en él? ¿Y si el microondas “escupiese” automáticamente cualquier alimento que no estuviese fabricado por una empresa dada?
Dos iniciativas están llamando poderosamente mi atención últimamente: la primera de ellas se llama “Mi Primer PC” y ha sido impulsada por el gobierno chileno. En ella, bajo el loable propósito de extender el uso de ordenadores a cuantos más hogares chilenos sea posible, se ofrece un PC a bajo precio, con un sistema operativo Windows XP Starter Edition. El problema de la aparentemente interesante iniciativa viene cuando se intenta justificar la a todas luces injustificable decisión de distribuir un sistema operativo de capacidades notablemente recortadas y cuyo coste de licencia tiene un considerable impacto sobre el precio final del aparato, en lugar de optar por sistemas operativos y programas libres, con costes de licencia muy inferiores o nulos, y que permiten un uso del PC sin limitaciones. En Windows XP Starter Edition, por ejemplo, no se pueden adoptar determinadas resoluciones de pantalla, no se permite la ejecución de más de tres aplicaciones o más de tres ventanas, sólo se puede crear un usuario, no se puede utilizar una red local o compartir una impresora, ni poner más de 256Mb. de memoria RAM. En el momento en que el usuario intente hacer ciertas operaciones por las cuales Microsoft opina que debe pagar una licencia superior, el ordenador, simplemente, se negará a hacerlo, dejando a su dueño con la absurda y desagradable sensación de discutir con una máquina. Una alternativa del tipo software libre, como la recomendada por el MIT Media Lab para Brasil, ofrecería una máquina más barata al ahorrarse los costes de licencia, una facilidad de uso y aprendizaje completamente comparables y, sobre todo, una ausencia total de limitaciones artificiales. Sin embargo, no se ofrece ni como alternativa. El cómo ha conseguido Microsoft convencer al gobierno chileno para llegar a un trato no sólo exclusivo, sino también excluyente es algo que, como tantas cosas en política, pertenece al terreno de las hipótesis. Pero por el momento, la opción alternativa al programa oficial, “Mi Primer PC… ¡Pero de VERDAD!“ ha registrado ya más de doce mil firmas, pone en evidencia al Gobierno de Chile a nivel internacional, y además copa todos los puestos superiores en los buscadores cuando se realiza una búsqueda por “Mi Primer PC”.
La otra iniciativa también tiene que ver con Microsoft: se trata de las limitaciones que la empresa está introduciendo en la nueva versión de su sistema operativo, denominada Vista, que será puesta en el mercado en la segunda mitad del 2006. Microsoft, obsesionada por brindar a los usuarios contenidos multimedia en alta definición, se ha encontrado con que los estudios de Hollywood y afines le exigían una serie de medidas, y Microsoft las ha incorporado sin rechistar. Así, Vista será un sistema capaz de impedir que un usuario de un ordenador lo use “para según que cosas”. Por ejemplo, cerrará el acceso a determinados monitores o salidas de audio o vídeo si determinado códigos antipiratería no están presentes en los medios utilizados, con el fin de impedir la copia en alta calidad de tales medios. Las fuertes protecciones diseñadas para algunos contenidos impedirán su uso con determinados monitores antiguos y televisiones, o la grabación de audio desde Internet. Ciertos contenidos de audio y vídeo, particularmente en el formato original de Microsoft, serán manejados por el sistema en un “entorno protegido”, que mantendrá a otras aplicaciones separadas de los datos en sí. La decodificación, desencriptación y reproducción de los datos tendrá lugar en lo que los técnicos denominan un “separate sandbox”, de manera que las aplicaciones podrán enviar comandos de control remotos como Play, Fast Forward o Stop sin tener acceso a los datos de la manera en que la tienen hoy. La tecnología “Protected Video Path” se encargará de que una señal de vídeo permanezca encriptada durante todo el trayecto hasta que alcance el monitor en el que es visualizada, haciendo así más difícil su copiado. En determinadas conexiones y dispositivos analógicos, este tipo de medidas serán imposibles de manejar, de manera que será responsabilidad de Vista decidir cuando una conexión es suficientemente segura como para enviar un contenido o cuando, si así lo requieren los propietarios del contenido, la conexión debe ser cerrada automáticamente o se debe ofrecer únicamente una señal de calidad inferior. La compañía está haciendo todo lo posible para que Hollywood esté completamente a gusto con la nueva versión de Windows. Y se espera, además, que este tipo de medidas antipiratería no se limiten a los PCs, sino que estén presentes igualmente en otros aparatos electrónicos de consumo destinados a integrarse con Vista.
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