Con esta victoria el finlandés se acerca a Alonso pero pese a eso, la distancia sigue siendo muy grande: 26 puntos que le serán muy difícil de recuperar.
Lo cierto es que no siempre se puede tener a la suerte como aliada. Pero también es verdad que lo del GP de Hungría no se lo esperaba nadie. Hungaroring es un circuito talismán para Fernando Alonso, o al menos lo era. Ahí sus actuaciones siempre han sido buenas. Este año, Alonso no ha tenido suerte y después de una partida más bien discreta se tocó con, como no, Ralf Schumacher, y todo se puso cuesta arriba. Tuvo que entrar a boxes para cambiar el alerón delantero y para entonces, todo era casi casi imposible, en especial si consideramos que en este circuito doblar a rivales es casi imposible.
Pero las posibilidades de Alonso de ganar el Mundial siguen intactas. OK, tiene ahora 10 puntos menos de ventaja sobre Raikkonen pero con una carrera menos. El único problema es que no sabe muy bien qué pasará en el próximo GP de Turquía, sobre un circuito para todos desconocido. Sea como sea, Alonso tiene el campeonato en su bolsillo, primero porque es improbable que algo como lo ocurrido en Hungría vuelva a suceder y porque tiene la capacidad de sobreponerse. Además sigue teniendo el coche más fiable del mundial pese a los pequeños problemas que ha tenido este fin de semana, tanto él como el italiano Fisichella.
Lo que sigue y sigue es lo de McLaren. Ahora le tocó el turno a Montoya. Es extraño pero esta vez nadie de las retransmisiones hizo comentario alguno sobre la posibilidad de que el problema fuera ocasionado por la manera de pilotar del afectado, tal y como hicieron en el pasado GP de Alemania cuando Raikkonen tuvo que abandonar. Esto demuestra que es muy difícil cuestionar la capacidad de los pilotos que se mueven en este mundo, sobre todo si lo hacen en los equipos punteros. Pero eso sí, el problema de Montoya fue causado por algo muy similar que le ocurrió a Kimi en Hockenheim así que es probable que los mecánicos de McLaren tengan el doble de trabajo antes de Turquía. En lo que respecta a lo meramente deportivo, Kimi hizo una carrera perfecta, realizando tres paradas de boxes.
El que sí parece estar de vuelta es Michael Schumacher. El alemán realizó unas clasificaciones auténticamente espectaculares con una vuelta mágica que le dio la pole del GP. En carrera fue muy rápido y estuvo dominando a Raikkonen hasta la primera entrada a boxes. A medida de que fue llegando el final del GP, el rendimiento del Ferrari y de los Bridgestone fue disminuyendo aunque aguantaron lo suficiente para lograr un muy merecido segundo lugar.
Con esta victoria el finlandés se acerca a Alonso pero pese a eso, la distancia sigue siendo muy grande: 26 puntos que le serán muy difícil de recuperar. La gran incógnita es lo que sucederá en el circuito de Estambul. Los equipos tendrán tres semanas de "descanso" para regresar en el GP de Turquía el próximo 21 de agosto. Esta vez no hay pronósticos, mucho menos después de lo ocurrido en Hungría.
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