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Juan Manuel Rodríguez

Lujo olímpico en el Swissôtel

¿Habrán hecho ya la reserva para el ex vicepresidente Un-yong Kim? Este jueves abandona la cárcel junto a otros setecientos ocho convictos tras haber sido condenado por "extraviar" 3.200 millones de dólares

Hemos llegado a una situación de esquizofrenia tal que el COI no se fía del COI, de ahí que impida que sus propios miembros visiten las ciudades que optan a organizar unos Juegos Olímpicos. De debajo de las piedras del viejo "espíritu olímpico" fueron surgiendo tantos "tomantes" que, con objeto de  impedir que los sucesores de Pierre de Coubertin siguieran imitando por más tiempo a Amenofis IV, se sacaron de la manga una "comisión de evaluación" que, con fecha programada, echaban un rápido vistazo a las candidatas para volverse luego rápidamente a  Suiza no fuera que a alguien se le ocurriera ofrecerles, por ejemplo, una chocolatina o una visita gratis por Faunia.
 
El COI no se fía del COI, pero Jacques Rogge, el jefazo indiscutible de ese COI que no se fía de sí mismo, se ofende cuando los demás pensamos que hace mucho tiempo tomó la decisión de apoyar sibilinamente a la candidata francesa. Para defenderse, Rogge esgrime un argumento tan falaz como el siguiente: "¡Cómo podría yo apoyar a París si hace más de un año que no piso esa ciudad!" Increíble. El caso es que, tan sólo pocas horas después de que la banda criminal ETA atentara contra el emblemático estadio de la Peineta, Rogge perdió el traserete para insistir una vez más en que el tema de la seguridad sería decisivo a la hora de escoger una candidata. ¡Hace falta valor!
 
Pero el espectáculo debe continuar. Hay mucho dinero en juego; tanto dinero hay como hombres de negocios dispuestos a hacerse con él. Intuyo que a Rogge le habría gustado organizar el "show" en el viejo Crillon. Cuentan que fue allí donde la bailariana Isadora Duncan decidió cortar de raíz su matrimonio con el poeta Serguei Esenin, tales eran las melopeas que se agarraba el ruso por los pasillos del hotel. También allí se inspiraría Arthur Conan Doyle para escribir algunas de sus páginas más brillantes sobre  Sherlock Holmes. Pero supongo que Rogge querrá contener su excitación hasta el próximo 6 de julio. Entre tanto, el COI sustituye la indudable categoría del Crillon por el lujo asiático del Swissôtel The Stamford. Setenta y dos pisos, seis mil quinientos metros cuadrados, veintisiete salas y mil doscientas sesenta y una habitaciones le contemplan. Por cierto: ¿Habrán hecho ya la reserva para el ex vicepresidente Un-yong Kim? Este jueves abandona la cárcel junto a otros setecientos ocho convictos tras haber sido condenado por "extraviar" 3.200 millones de dólares. Votar quizás no vote, pero creo que ganas de hablar las sigue teniendo todas. Sigue el espectáculo. 

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