Daniel Rodríguez Herrera
Licencia para navegar
El verdadero problema de la barbaridad proferida por nuestros artistazos es que, sencillamente, no somos libres de hacer algo si tenemos que pedir permiso para hacerlo y esperar a que nos lo concedan, aún cuando lo concedieran siempre
En una de mis películas preferidas, Cadena perpetua, uno de los protagonistas sale de la cárcel tras cuarenta años entre rejas. En su nuevo empleo, pide constantemente a su nuevo jefe permiso para ir al servicio, lo que lleva a éste a recriminarle sus constantes peticiones: "si necesitas ir al baño, vete sin preguntar". Pero el viejo preso se da cuenta que lleva décadas pidiendo permiso para ir a mear, y es incapaz de hacerlo si no se lo dan. No era libre para hacer algo tan básico como orinar, al igual que no era libre para tantas otras cosas.
Vuelvo a recordar esta escena porque la petición de la SGAE de que todos necesitemos una licencia para navegar por Internet es mucho más grave de lo que se pueda pensar. No es del todo cierto que elimine el anonimato en la red, porque ese anonimato no existe. Cuando nos conectamos, lo hacemos empleando un número IP. En algunos casos, nuestro ordenador tiene siempre el mismo número mientras que, en otros, cambia cada vez que nos conectamos a la red. En caso de cometerse un delito en Internet, un juez puede pedir a nuestro proveedor de acceso la identidad del usuario que empleó una cierta IP a una hora determinada. Es verdad que podemos emplear determinadas técnicas para ocultar nuestro número IP aunque también es cierto que lo más probable es que puedan acabar atrapándonos.
El verdadero problema de la barbaridad proferida por nuestros artistazos es que, sencillamente, no somos libres de hacer algo si tenemos que pedir permiso para hacerlo y esperar a que nos lo concedan, aún cuando lo concedieran siempre. Ni usted ni yo somos libres de ser taxistas, pues nos deben conceder permiso las autoridades competentes. Tampoco de conducir, pues otras autoridades distintas han de decidir antes si somos aptos para hacerlo. En el primer caso, es una arbitrariedad injusta; en el segundo, cabe aducir que la seguridad de los que usan las carreteras obliga a ello. Parece evidente que navegar en Internet no es más peligro para los demás que caminar por la calle.
Lo más popular
-
Varapalo a Ribera en Bruselas: la Comisión desmiente que el "tasazo" de basura sea obligatorio -
Vídeo: Iker Jiménez, con Federico Jiménez Losantos: "La campaña contra mí no ha salido muy bien porque tenemos más audiencia que nunca" -
El Ejército del Aire no sólo contempla el F35 para sustituir a sus F18 y negocia ya los retornos del caza-entrenador -
La filtradora de Moncloa mandó a Lobato el documento original y no el publicado en prensa: el texto judicial la delata -
El Supremo cita a MAR y a 8 periodistas como testigos en el caso de la filtración contra el novio de Ayuso
Ver los comentarios Ocultar los comentarios