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Carlos Semprún Maura

Viva la pérfida Albión

ya puede Chirac exaltar el “modelo de paro francés”, los hechos son tozudos, y hasta los franceses terminarán por darse cuenta de que en el Reino Unido hay la mitad de parados y el doble de crecimiento, y se preguntarán por qué

La tercera victoria consecutiva del New Labour y de Tony Blair personalmente, en las elecciones legislativas de ayer, ha sentado como una patada en la barriga a la clase pública, los medios y los épiciers franceses. Odian a Blair, pero se ven obligados a reconocer que han ganado y por tercera vez, lo cual le hace figurar en el “libro Guinness de los records”, pero en seguida añaden que fue una victoria muy flaca –en efecto, por mayoría absoluta–, y que ha pagado duramente su “criminal” apoyo a los USA en la guerra de Irak. Y ¿si ocurriera exactamente lo contrario? ¿Si los británicos también le votaron a Blair, y a su partido, precisamente debido a su valiente solidaridad democrática internacional en la guerra de Irak y en otros conflictos? El caso es que el partido Liberal-Democrático, el único que se opuso rotundamente a dicha guerra –los conservadores fueron mucho más ambiguos–, y que se presentó y le presentaron en Francia como la alternancia al laborismo, sólo ha ganado 4 diputados. Con la caradura habitual de estos “tragaranas”, ahora explican que “pese a Irak”, que tanto le ha costado a Blair, debe su escasa victoria a su gestión económica, después de haberse pasado años denunciando la catástrofe económica del Reino Unido al borde del abismo, en donde ni siquiera se podía pisar un hospital sin peligro de muerte, ni subir en un tren sin morirse.
 
En realidad, Blair como Aznar, incluso mejor, supo aliar una política exterior firme a las reformas, insuficientes, pero positivas, en política interior. Según el habitual termómetro estadístico que indicaría la salud de las naciones: 4,5 % de paro, 3,8% de crecimiento, 1,7 de inflación, 7% de aumento de los bajos salarios, demuestran que Reino Unido está entre los primerísimos países de Europa en cuestiones socioeconómicas. Francia con 10% de paro y 1% de crecimiento, no está en condiciones de dar lecciones al mundo entero y, sin embargo, no para. Claro que las cosas no son nunca exclusivamente positivas, y la postura británica sobre la adhesión de Turquía a la UE, es inaceptable. Y su postura en relación con esa misma UE, es muy ambigua, con un pie dentro y el otro fuera. Blair y los suyos defienden el “sí” a la Constitución, pero siguen fuera de la zona euro, y han impuesto el mantenimiento de la OTAN en las estructuras de Defensa europea, como han impuesto un panel de “excepciones británicas” a toda una serie de leyes y reglamentos de esa misma Constitución. Pero, hoy por hoy, no agüemos el vino de la victoria, porque de todas formas la reelección de Blair refuerza el campo “atlantista” europeo, de solidaridad con los USA y demás países democráticos. Y ya puede Chirac exaltar el “modelo de paro francés”, los hechos son tozudos, y hasta los franceses terminarán por darse cuenta de que en el Reino Unido hay la mitad de parados y el doble de crecimiento, y se preguntarán por qué.
 
Después de su ciclo de conferencias en universidades chics
norteamericanas, Laurent Fabius, por fin de vuelta, hace campaña a favor de ”no”. Como a un boxeador a quien se le señala los puntos flacos del adversario, dale en la barbilla, o en el hígado, que los tiene delicados, Fabius machaca un argumento: votar “sí”, es votar Chirac. Es sólo medio cierto, pero puede ser eficaz.

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