Víctor Gago
Servicio de habitaciones
El PSOE, que ha pasado diez años en la oposición después de dejar a Las Palmas de Gran Canaria sumida en el atraso, la desmoralización y la bancarrota, se ha batido intensamente junto a los ecologistas por el boicot al proyecto
El presidente de Canarias prueba este viernes el tresillo de La Moncloa, todavía caliente tras el discreto plan de Ibarreche y Zapatero. A Coalición Canaria le encanta prestarse a este tipo de figuraciones. Si un presidente de España –da igual si es del PP o del PSOE, con tal de que tire de talonario– llama al servicio de habitaciones después de abusar del tapizado, siempre aparecerá un mandamás del nacionalismo subtropical dispuesto a estofar el sofá. Asear y ventilar es su oficio. Por un módico precio de 240 millones de euros, incluso hacen de bulto flemático en plena estampida de la España plural.
Adán Martín, presidente emérito de la Comunidad canaria, aporta un toque de cordialidad solariega, entre machetazo y machetazo al país. Se presenta en La Moncloa con la cabeza del PP en una mano y la factura en la otra.
Los nacionalistas asestaron este jueves un corte limpio a sus socios del PP en el Gobierno de Canarias, al paralizar el proyecto de conexión Puerto-Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, conocido como La Gran Marina. Se trata de una visión urbanística del Frente Marítimo de la capital canaria, que lo transforma en un área peatonal para los negocios, el turismo, las compras y el ocio, de más de 400.000 metros cuadrados. Con una inversión aproximada de 600 millones de euros aportados por la iniciativa privada, en régimen de concesiones administrativas, la reconversión del Frente Marítimo descansa en las ideas de los arquitectos César Pelli –Torres Petronas, Kuala Lumpur– y Carlos Ferrater – Frente Marítimo, Barcelona –.
El Ayuntamiento de la ciudad y el Cabildo de la Isla, con gobiernos del PP, han hecho de La Gran Marina un emblema de su visión de libertad económica, modernización de las infraestructuras y liderazgo portuario de Las Palmas de Gran Canaria en el Atlántico medio. Por esa misma razón, el PSOE, que ha pasado diez años en la oposición después de dejar a Las Palmas de Gran Canaria sumida en el atraso, la desmoralización y la bancarrota, se ha batido intensamente junto a los ecologistas por el boicot al proyecto. El cainismo de Estado practicado por el PSOE, contra aquellas regiones donde no manda, ha servido para que el Ministerio de Fomento paralice La Gran Marina, basándose en el ardid de una supuesta ilegalidad del concurso internacional de ideas adjudicado a Pelli y Ferrater, a pesar de dos fallos consecutivos del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, que han autorizado su desarrollo. El boicot se ha consumado, este jueves, con una votación conjunta de socialistas y nacionalistas que anula el concurso y, por lo tanto, paraliza el proyecto y el desarrollo de la ciudad más poblada de Canarias.
Adán Martín entra este viernes en La Moncloa con un trofeo para Zapatero: la neutralización del PP a cambio de 240 millones de euros para obras y apaños varios y apoyo parlamentario a un Gobierno nacionalista en minoría, en las Islas. La aportación del nacionalismo constitucionalista culmina con la predisposición de Paulino Rivero a dar carpetazo a la Comisión del 11-M. Para que luego digan que no se puede confiar en el servicio doméstico.
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