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Amando de Miguel

Dudas

Alberto Ferrer (Valencia) tiene una duda. “¿Se dice “salir hacia Roma” o “salir para Roma”?”. Me pone usted en un aprieto. No sabría qué decirle. Me suena más el “hacia”, pero me asalta la formulación clásica de “embarcarse para Citerea” (= en busca del placer venusiano), a propósito del cuadro de Watteau. Aunque quizá sea un galicismo. Quizá esté mejor lo de “salir de un sitio para otro”.
 
Juan Yáñez (Chile) razona que la “Dirección General de Tráfico” debería ser de “Tránsito”. Aduce la opinión de Santiago Amón para quien el tráfico solo es para “drogas, armas y mujeres”. La triste ironía es que Santiago Amón murió en un accidente de tráfico. Francamente, no sé por qué no puede aplicarse el “tráfico” a la circulación de vehículos automóviles. El “tránsito” lo veo más para los viandantes. Pero, en fin, la cuestión tampoco es de vida o muerte.
 
Dani Gómez (Barcelona) discute con un amigo sobre si el plural de “tortilla de patata” es “tortillas de patata” o “tortillas de patatas”. Él se inclina por la segunda forma, al igual que el plural de “hijo de puta” lo ve como “hijos de putas”. Considera difícil una norma general sobre esta cuestión. Mi oído me dice que suena mejor “tortillas de patatas” (como “guardias civiles”) pero también “hijos de puta”. No sabría decir por qué.
 
José Miguel Fernández (Wayne, New Jersey, EE.UU.) tiene la duda de si se dice coste o costo. Ambas versiones pueden ser válidas, e incluso también costa. Hay frases hechas en las que se percibe una u otra variante. Por ejemplo, “a poca costa” (= con escaso esfuerzo), “a toda costa” (= por encima de todo), “coste de la vida” (= precios del consumo), “a precio de costo” (= sin beneficio). En España la forma más corriente es coste.
 
Maribel Torbeck (corresponsal de plantilla) me cuenta que está leyendo en castellano el Código Da Vinci. Encuentra que la traducción es abominable. Cita, por ejemplo, la palabra incerteza. En su opinión, el traductor debería haber puesto incertidumbre. No hay que hilar tan fino, mujer. Las dos palabras se usan en español, bien que “incertidumbre” es más corriente. No me repugna lo de incerteza, aunque no creo que la haya escrito nunca.
 
Guillermo Cuevas Pérez (antiguo alumno muy ameritado) opina que, en lugar de “Plan Hidrológico” habría que decir “Plan Hídrico”. Tiene toda la razón don Guillermo. En todo caso se podría decir “Plan Hidráulico” (= movimiento del agua mediante la energía mecánica o gravitatoria). Hídrico es referido al agua. Hidrológico está emparentado con la ciencia que trata el agua. Ese cambalache de apoyarse en el prestigio de la ciencia suele hacerse otras veces. Por ejemplo, cuando se habla de la “anatomía” de una persona (por su cuerpo particularmente bello), la “climatología” de una zona (por el tiempo atmosférico), la “geografía” (por el territorio). No digamos la “filosofía” (por las ideas que uno tiene).
 
Mariano Riestra (Madrid) se plantea cómo designar la ciencia o el arte que trata de enseñar a los adultos: ¿Gerogogía, Andragogía? La palabra tradicional, Pedagogía, equivale literalmente “llevar a los niños”. El primitivo pedagogo era un ayo encargado de llevar a los niños a la escuela y de ayudarles a hacer las tareas. Vamos a necesitar la palabra para la “educación de mayores”. ¿Podría ser Geriagogía? Se admiten sugerencias.
 
María Bastida pregunta por el plural de mitin. Es claro: mítines. El plural de régimen es regímenes, y el de carácter es caracteres. En estos casos lo mejor es aplicar el oído. Rafael Villa hace una atinada observación. En muchas reuniones el presidente suele comentar formalmente que “Fulano de tal excusa su asistencia”, cuando lo que debería excusar es “su ausencia”. Es un divertido anacoluto, movido quizá por la cortesía.
 
Javier Espiago comenta que acaba de ver en un periódico (que no es LD) una noticia sobre el secuestro de unos periodistas rumanos. La crónica “califica a Rumanía como un país eslavo. ¿Es esto correcto?”. Creo que no. Ya el mismo nombre indica que se trata de un enclave latino en el mundo eslavo, al que pertenece Bulgaria, por ejemplo. Para mi gusto deberíamos decir Rumania, no Rumanía (que es un galicismo). De la misma forma decimos Albania, Alemania, Polonia, etc.

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