José García Domínguez
Catalonia is not Spain
Catalonia is not Spain. Lo brama hoy el hijo del guardia civil. Y tal vez sea not Spain, pero lo cierto es que se le parece mucho, muchísimo. Incluso más que Getafe.
Catalonia is not Spain, aunque se parece mucho, muchísimo. De ahí que Joan Laporta no haya albergado reparo alguno al colocar en la Ejecutiva del club que es más que un club a su cuñado Echevarría, que también es más que un cuñado, ya que ejerce de patrón honorífico de la Fundación Francisco Franco.
Catalonia is not Spain. Lo gritan los adolescentes letraheridos que acaban de descubrir su identidad patria en la poesía mística del gran Salvador Espriu. "Yo soy dos, y estoy en cada uno de los dos al completo", confesaba otro místico, San Agustín. Igual que el rapsoda de la nació catalana, que padecía similar esquizofrenia. Así, fue el hijo dolido que diera forma de epigrama al lamento por la crueldad de esa madrastra ruin llamada España; y al tiempo, el protegido de su hermano amadísimo, el camarada don José Espriu Castelló, secretario general del SEU en Cataluña y Baleares, jerarca entusiasta de la Falange barcelonesa, y martillo de liberales y anglófilos en los años cuarenta. Y es que, como el Barça, como todo en Cataluña, los Espriu también son más que un club.
Catalonia is not Spain. Lo dicen ahora los comunistas locales que aprendieran los rudimentos del odio a la libertad en los libros de otro camarada, el gran filósofo marxista Manuel Sacristán Luzón. El camarada Sacristán, el mismo que ya ejercía, en 1941, de camarada –jefe de la centuria "Roger de Flor" en el Frente de Juventudes; el que, después, se tornaría en implacable camarada– inquisidor de herejías desviacionistas en el PSUC. Eso ocurriría cuando controlaba el partido el camarada Rafael Ribó, el amigo, pariente y tertuliano de Tomás Garicano Goñi, camarada-ministro de Gobernación de Franco en la época.
Catalonia is not Spain. Lo repiten sin parar esos jóvenes cachorros de CiU que desayunan todas las mañanas con un croissant y La Vanguardia desde los tiempos en que Horacio Sáez Guerrero dirigía el periódico. Sí, el catalanista Sáez Guerrero, aquel que en el esplendor de Hitler fuera modélico empleado de la agencia nazi de noticias Transocean. Catalonia is not Spain. Es lo que predica en la Universidad la secta de historiadores discípulos de Vicens Vives que controla con mano de hierro todas las cátedras de la región. Sí, los legatarios de Vicens Vives, el gran redescubridor de la esencia nacional catalana; y el que además escribió una biografía de Franco en la que se puede leer: "El Generalísimo Franco ha vencido a todas las satánicas fuerzas de la revolución". El Vives, Vicens, que, glosando el fusilamiento de José Antonio, redactara emocionado: "Apenas amanecía y el último pálpito de su carne se estremeció con el presentimiento de la Victoria".
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