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Guillermo Rodríguez

Enhorabuena, estamos contagiados

"Enhorabuena caballero, está usted contagiado de Generación-I”. Buena enfermedad, sin duda.

Durante la última semana, uno de los temas –el Tema– que más columnas de opinión han suscitado y más noticias ha generado ha sido el de la aparición, según Yahoo!, de la “Generación-I”. A pesar de no ser ni un invento del portal ­ni una etiqueta novedosa (en Google aparecen más de 49.000 resultados), la filosofía que subyace tras el término es, como poco, interesante. Pone de manifiesto no tanto la aparición de una nueva generación como la constatación de una realidad: Internet y las nuevas tecnologías se han adherido, como una adiposa sanguijuela, en la columna vertebral de la sociedad.
 
El resultado más relevante del estudio –realizado entre 4.000 jóvenes durante cuatro meses en cinco países europeos (España, Gran Bretaña, Alemania, Italia y Francia)– refiere que el 60 por ciento de los jóvenes no concibe la vida sin Internet. Casi el 50 por ciento asegura que navega todos los días al menos dos horas y más de 35 por ciento afirma que se conecta un mínimo de 20 horas a la semana. La verdad es que cualquiera que frecuente a personas que formen parte de la “Generación I” (si es que no se forma parte de ella, como es el caso) puede concluir que los resultados no difieren en absoluto de la realidad: Internet ha trascendido el mero elemento de diversión con el que nació para configurarse como un canal de comunicación, información y conocimiento total. Internet, a diferencia de otros medios como la televisión, radio o prensa, posee una carácter aglutinante del que los demás carecen. Simplemente porque en la Red puede encontrarse todo y puede hacerse casi de todo.
 
A pesar de los ya habituales ataques que recibe Internet, debe tenerse en cuenta que la “Generación I” será, sin ningún genero de dudas, la más preparada de la historia. Es la que dispone de acceso a la información –entendida ésta como conocimiento– de forma más amplia y sencilla. Porque la Red no son sólo periódicos: son enciclopedias, estudios, intercambio de opiniones, libros completos y un vastísimo etcétera. También es comunicación: ya sea a través de correo electrónico o programas de mensajería instantánea –aplicaciones tan denostadas por esos padres que jamás alcanzarán a comprender, por mucho que se les insista,  las virtudes del medio–, lo que hacen los más jóvenes tantas horas delante del ordenador es, a fin de cuentas, comunicarse entre sí. El conocimiento es extensible a la música o el cine. Lo que en realidad fomentan las tan vilipendiadas redes P2P es imbuir de conocimiento cultural a toda una generación.
 
Un punto nada despreciable del estudio es que pone de relieve la brecha generacional que existe en la sociedad actual. Las personas –generalmente las que superan los 40 años– que reniegan de Internet simplemente porque sí o, más habitualmente, por la peregrina idea de que se necesitan muchos conocimientos, son parecidos a ese individuo que trató de cruzar la M-30 en burro. “La Generación I”, esa de la que tal vez forme parte usted, su hijo o su sobrino, es la sociedad del futuro. No es que vaya a ser más sabia por un don de la naturaleza. Simplemente, habrá sabido aprovechar los recursos que se le han puesto delante y sólo por ello estará más preparada en la mayoría de las cuestiones de la vida.
 
Por todo ello, más que como un estudio de usar y tirar, el estudio de Yahoo! debe comparase con la labor de ese médico que levanta la camiseta del paciente y comienza a auscultar. El diagnóstico no puede ser más alentador: “Enhorabuena caballero, está contagiado de Generación-I”. Buena enfermedad, sin duda.

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