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Daniel Rodríguez Herrera

Pacifismo virtual

En Internet existen actos violentos. Como no podía ser de otro modo, el pacifismo patrio los está empleando como emplea la violencia callejera, siguiendo las directrices del marxismo-leninismo de las que beben también sus compañeros batasunos. Por ejemplo, uno de los medios más apolíticos que conozco, DiarioTI, dedicado en exclusiva a noticias sobre tecnología informática, ha padecido un ataque que sustituyó su portada por un mensaje supuestamente pacifista y puramente chomskyano. Lo más triste es que, como procurando ganarse la inmunidad futura, en el comunicado el periódico ha declarado su "No a la guerra".

Y es que, al igual que en el País Vasco declararse nacionalista es un pasaporte a la tranquilidad, en nuestra piel de toro hay que afirmarse contrario a la contienda para que te dejen en paz. Tanto es así que incluso la Asociación para la Información de Hackers, tras padecer su cuarto ataque en pocos meses, y a pesar de que sus desgracias obedecen a razones bien distintas, se cuida también de proclamar su inocencia del único gran pecado que se puede cometer en estos días de marzo: apoyar el derrocamiento de un genocida.

Mientras tanto, los mismos que protestaban por el cierre del diario "Egunkaria" ahora se aprestan a disculpar a los manifestantes por los disturbios del viernes. De un modo que recuerda a Deia, Gara y compañía, el director de la edición electrónica de El Mundo se apresura a echar la culpa a la policía. Los niñatos del viernes no eran violentos, proclama, la culpa es de la policía. Las barricadas ardientes, los coches pateados y las paradas de autobús calcinadas no son nada más que elementos del paisaje. El pacifismo violento debe tener derecho a cortar calles y a destruir sedes del PP, como sucede en las Vascongadas.

Soy joven, he tenido la inmensa suerte de vivir en una ciudad como Madrid toda mi vida y nunca había padecido una campaña de propaganda totalitaria como la que está en marcha hoy. Hoy, más que nunca, quiero dar ánimo a quienes, en el norte de España, la sufren a diario.

Daniel Rodríguez Herrera es editor de Programación en castellano.

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