LD (L. Ramírez) España se enfrenta a la mayor destrucción de empleo de la democracia y a la pérdida masiva de afiliados a la Seguridad Social. Los economistas consultados por LD afirman que ya hay cuatro millones de parados y Trabajo intenta maquillar las estadísticas para sacar de la listas de desempleados a casi 400.000 personas.
La situación es crítica y el Gobierno descarta reformar el mercado. La única solución que propone Moncloa es garantizar las prestaciones, aunque estén protegidas por la Ley y, por lo tanto, no estén sujetas a la arbitrariedad del Gobierno de turno. El Inem entrará en déficit este año y PSOE y PP estudian rebajar las pensiones de jubilación un 30% para que no se acabe el Fondo de Reserva de la Seguridad Social en los próximos años.
Es un panorama desolador, como revela el último informe elaborado por el servicio de estudios de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT) junto con AFI Consultores de Administraciones Públicas (CAP) La afiliación media de enero se sitúa en los 18,2 millones de efectivos, un volumen equivalente a de mediados de 2005 y 1,3 millones por debajo de su máximo histórico alcanzado a mediados de 2007.
Aunque la finalización de las contrataciones asociadas a la campaña de Navidad se deja notar todos los años en el mes de enero, en 2009 los datos de afiliaciones medias son los peores desde que se dispone de información (2001). En concreto, se han perdido 350.000 afiliados desde diciembre y un millón respecto a enero de 2008.El descenso de la afiliación se deja notar en todos los sectores de actividad y, aunque los servicios son los que tienen una mayor aportación a la caída por el fin de la campaña navideña (204.000 menos en un mes), el mayor deterioro en términos interanuales se sigue produciendo en el sector de la construcción: seis de cada diez empleos perdidos en el último año eran de trabajadores del ladrillo.
No obstante, la afiliación en la construcción se sitúa en niveles de agosto 2003, lo que, según AGETT, "indica que estaríamos en vías de corregir el efecto de incremento del empleo en el sector vinculado al boom inmobiliario" que se agudizó ese año. Sin embargo, "el ajuste no muestra visos de finalizar y la construcción seguirá siendo un protagonista secundario del deterioro del mercado laboral en los próximos meses".
Por su parte, en la industria al desplome de la afiliación se ha intensificado en enero, lo que deja el balance interanual en una pérdida de más de 220.000 afiliados. "No parece que este sector haya terminado tampoco su recorrido de ajuste laboral y actividad", considera AGETT.
El informe sigue dibujando una tendencia cada vez más pronunciada en la destrucción de empleo. Estima que en los meses de febrero, marzo y abril, el descenso de la ocupación (equivalente EPA) será a tasas del -5,8%, -6,7% y del -6,6%, respectivamente. "A partir de aquí, se abre una posibilidad a que las tasas dejen de acelerarse, permaneciendo, no obstante, en un nivel desconocido hasta ahora (entorno al -6,5%)".
Además, el nivel de ocupados permanecerá por encima de los 19 millones durante el primer semestre. Si las caídas del empleo para el segundo semestre alcanzan tasas por debajo del -3%, el número de ocupados perderá de vista los 19 millones. En 2010, si el PIB seguirá siendo negativo y el empleo seguirá cayendo a ritmos interanuales del -1,5% y -2%.
El paro en máximos históricos
Los nuevos activos que no encuentran empleo han provocado que, junto con los que han perdido su trabajo, el aumento del paro alcance máximos históricos (1,2 millones de nuevos parados en un año). La mitad de los nuevos parados en 2008 proceden del cuarto trimestre de 2008, una señal clara de la magnitud y rapidez del deterioro. A su vez, el paro de larga duración alcanza ya el 25% de la población parada.
El impacto del paro de larga duración es tremendo. “Su efecto es la descapitalización del trabajador afectado, acrecentando la falta de empleabilidad. Además deja al desempleado en riesgo de quedar desasistido por las prestaciones del seguro de desempleo”, indica el estudio.
Los nuevos trabajadores a tiempo parcial adoptan, en su mayoría, dicha situación por no haber podido encontrar un empleo a jornada completa, en lugar de ser una opción elegida para conciliar vida laboral y personal. El 38,2% de este colectivo no encontró un trabajo a jornada completa, mientras que hace un año era el 31%. Esto nos indica que el ajuste de las empresas no está siendo sólo a través de despidos, sino que también a partir de reducciones de la jornada habitual.
Como concluye José A. Herce, socio director de Economía de AFI, “diríase que sólo hay malas noticias y que nada, en materia laboral, muestra un desarrollo esperanzador. Sabemos que muchas de las tendencias observadas se mantendrán en el futuro inmediato y nuestra previsión hasta abril desvela tasas interanuales de reducción del empleo muy elevadas”. […] mientras no hagamos de la necesidad virtud y busquemos consensos activos para emprender reformas esforzadas, las cifras nos seguirán golpeando con la pertinaz monotonía del martillo en una forja”