(Libertad Digital) “El G-7 no funciona. Necesitamos un grupo mejor para un momento distinto”, expresó Zoellick en un discurso pronunciado en el Peterson Institute for International Economics en la ciudad de Washington. “Para lograr la cooperación financiera y económica, deberíamos considerar un nuevo grupo directivo que incluya a Arabia Saudí, Brasil, China, India, México, Rusia, Sudáfrica y el actual G-7”.
En la alocución pronunciada antes de celebrarse las Reuniones Anuales del Grupo del Banco Mundial, Zoellick afirmó que el nuevo grupo directivo debería ser más que un reemplazo del G-7 por un Grupo de los 14 (G-14) de un número fijo de miembros, ya que ello equivaldría a valerse de métodos del viejo mundo para rehacer un nuevo mundo. El grupo directivo debería modificarse de acuerdo con el cambio de circunstancias, como el surgimiento de poderes nacientes, y servir al mismo tiempo de red para una interacción frecuente.
También se mostró partidario de modificar el Banco Mundial y anunció la creación de una Comisión de alto nivel bajo la dirección del ex presidente de México, Ernesto Zedillo, para analizar la modernización de la dirección del Grupo del Banco Mundial.
"Necesitamos un Facebook"
“Necesitamos un Facebook para la diplomacia económica multilateral”, dijo Zoellick, quien hizo hincapié en la necesidad de que exista un núcleo de ministros de Finanzas que tendrán la responsabilidad de adelantarse a posibles problemas, compartir información e impresiones, explorar intereses mutuos y movilizar esfuerzos para solucionar problemas.
El nuevo grupo podría representar alrededor del 70 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, el 56 por ciento de la población y el 62 por ciento de la producción energética. Además, según el BM, los integrantes de ese nuevo grupo son los principales actores en los mercados de capitales globales, las materias primas y los mercados cambiarios.
Algunos países entrarán en crisis de balanza de pagos
Al advertir acerca de los efectos de la crisis financiera, Zoellick afirmó: “Los acontecimientos de septiembre podrían ser un punto crítico para muchos países en desarrollo. Una disminución de las exportaciones, así como de las entradas de capital, provocará la caída de las inversiones. La desaceleración del crecimiento y el deterioro de las condiciones financieras, junto con la restricción monetaria, ocasionarán quiebras de empresas y, posiblemente, emergencias bancarias. Algunos países entrarán en crisis de balanza de pagos. Como suele suceder, los más pobres son los más indefensos”.
Además, reconoció que el sistema de la ayuda no está funcionando lo suficientemente bien y debía moverse más rápida y eficazmente a fin de ayudar a los más vulnerables cuando se produce una crisis.