
(Libertad Digital) A pesar de las esperanzas depositadas en la lejanía de los comicios, son muchos los dirigentes socialistas que han advertido que dicho desgaste puede ser, a pesar de todo, difícil de remontar. Según El Mundo, la dirección del PSOE afirma que los datos que manejan no son tan negativos como los publicados en algunas encuestas de medios de comunicación, pero admiten que son malos, y posiblemente los peores desde la primera legislatura de Zapatero.
Dichas fuentes no se refieren sólo a las cifras cuantitativas –en las que el PP se situaría, a día de hoy, por encima del Gobierno-, sino a los datos cualitativos, que apuntan a que la actuación del Gobierno y de Zapatero ha cambiado la percepción de los ciudadanos respecto a sus actuales gobernantes. El PSOE admite dichas evidencias por primera vez en los últimos cinco años.
Según afirma El Mundo, en las reuniones internas el PSOE se está empezando a valorar el impacto negativo de esta nueva percepción en las tres elecciones que están a la vuelta de las Navidades; los comicios gallegos, vascos y europeos. Éstas últimas representan la principal preocupación en el seno del Gobierno. Si antes los socialistas esperaban que supusiera otro fracaso para Rajoy, ahora se teme los efectos negativos de las mismas en el propio Gobierno.
Una dirigente de la Ejecutiva Federal indicó al diario que todo apunta a una participación baja que no llegará al 40 por ciento, pero aún así llevaría aparejado un fuerte voto de castigo para el Gobierno. El PSOE confía aquí en su candidato, Juan Fernando López Aguilar, pero la campaña electoral tendrá diversos elementos en contra de índole nacional, más que referidos al propio debate europeo, que los ciudadanos podrían valorar más para otorgar ese voto de castigo.
Además, existe intranquilidad sobre Galicia, pese a que se confí aen las escasas posibilidades del PP en recuperar la mayoría absoluta en dicho territorio, gracias a la asociación con el BNG. Aunque Galicia no está resistiendo mal los embites de la crisis económica, desde Ferraz se teme que de todas formas la difícil situación pase factura contra Emilio Pérez Touriño.
En el País Vasco existe, paradójicamente, una menor preocupación. Los analistas entienden que la crisis podría desgastar a Ibarrexe, y Patxi López ha venido desarrollado parte de su discurso distanciándose del tema la violencia etarra y tratando de dirigirse hacia las necesidades sociales, laborales y educativas de la sociedad vasca, lo que podría beneficiar en este punto a los socialistas, según enuncia El Mundo.