
L D (Agencias) China confirmó la muerte de diez personas. Por contra, el Gobierno tibetano en el exilio insistió en que al menos 100 personas perdieron la vida. Este sábado, el alcalde de Lhasa, Doje Cezhug, ha asegurado que la ciudad está "en calma".
El Dalai Lama dijo haber recibido informaciones según las cuales el número de muertos en las protestas podría llegar al centenar aunque reconoció que es algo que no ha podido verificarse. La agencia oficial china Xinhua habló de sólo diez muertos en los choques del pasado viernes.
Pese a lo ocurrido, el líder espiritual de los tibetanos se mostró favorable, en sus declaraciones a la BBC, a que se deje a Pekín organizar los Juegos Olímpicos de este verano. En su opinión, los Juegos representan una oportunidad para que los chinos muestren su apoyo al principio de la libertad.
La violencia estalló en Tibet el quinto día de una serie de protestas en su mayor parte pacíficas que comenzaron el pasado lunes con motivo del aniversario del levantamiento de 1959 contra el gobierno chino.
Al igual que ocurrió el pasado septiembre en Birmania, las manifestaciones estuvieron dirigidas por monjes budistas, a los que se sumaron luego muchos otros ciudadanos Las autoridades han acusado al Dalai Lama de estar detrás de las protestas populares, algo que él, sin embargo, ha negado.