L D (Agencias) El actual jefe del Ejército suena como sucesor del ex presidente, el pro sirio Emile Lahoud desde diciembre, pero sus aspiraciones quedaron diluías por un periodo corto a raíz del atentado contra su número dos, el general François Hajj, el 12 de ese mismo mes.
Pese a que con esa acción los islamistas ponían por primera vez en el punto de mira al Ejército, una de las instituciones más firmes en éste inestable país, Michel Sleman mantiene su candidatura.
"Siento que tengo en mi mano una granada y trabajo para poder desactivarla para que no estalle, porque en caso de que explote alcanzará al ejército, a la resistencia y a la nación", dijo el actual jefe del Ejército, en declaraciones difundidas por la emisora de radio La Voz del Líbano.
El máximo responsable militar hizo estas declaraciones un día después de un atentado en Beirut contra un vehículo de la embajada estadounidense que se cobró las vidas de cuatro libaneses y causó heridas a 21 personas.
Desde el pasado 24 de noviembre, el país de los cedros se encuentra sin presidente debido a la incapacidad del Parlamento de elegir al futuro jefe del estado ante las divergencias entre la mayoría progubernamental y la oposición parlamentarias, liderada por Michael Aoun y la organización político-terrorista de Hezbolá.
El vacío institucional vino a agravar la crisis política que arrastra el país a raíz de la lucha de poder entre los pro gubernamentales partidarios de una mayor independencia y acercamiento a Occidente y la heterogénea oposición (cristianos e islamistas) favorables a la injerencia siria.
Mediación de la Liga árabe
"Cualquier persona que trate de desactivar dicha granada tendrá mi apoyo y si este papel me incumbe será un honor", agregó Sleiman este miércoles, quien señaló que no cree que la solución a la crisis tenga que venir del exterior, ya que incumbe a los propios libaneses.
También apuntó que el motivo de la situación actual es la desconfianza que existe entre los libaneses y deseó que la visita del secretario general de la Liga Arabe, Amro Musa, que llegó hoy a Beirut, ayude a encontrar una solución.
Los ministros árabes de Asuntos Exteriores, reunidos en el Cairo el 5 de enero, elaboraron un plan para sacar al Líbano de su crisis, que prevé la elección "inmediata" de un Presidente, la formación de un Gobierno de Unidad Nacional y la elaboración de una Ley electoral.
A pesar de que los distintos grupos políticos aceptan a Sleiman como futuro presidente, la iniciativa tropieza con el reparto de las carteras en el próximo gobierno, ya que la oposición continúa exigiendo tener derecho a veto, lo que la mayoría rechaza.