
LD (Agencias) Los principales favoritos a las elecciones presidenciales francesas, el conservador Nicolas Sarkozy y la socialista Ségolène Royal, se han mostrado tranquilos ante el avance en las encuestas del centrista Françoys Bayrou, aunque sus partidos reflexionan sobre la manera de afrontar la situación.
Las dos últimas encuestas publicadas por diferentes medios han dado la definitiva señal de alarma a los dos grandes partidos y los respectivos equipos de campaña, ya que en ambas Bayrou supera el veinte por ciento a un mes y medio de que se celebre la primera vuelta de los comicios. Hace dos meses, el centrista se ubicaba en el seis por ciento de las preferencias.
En un programa de televisión, en la noche del jueves, Sarkozy subrayó que no quería comentar las encuestas, ya que "son los franceses los que votan", pero no dejó pasar la oportunidad de atacar a Bayrou, antiguo compañero de Gabinete, del que dijo que simboliza el "inmovilismo". Aseguró que "él ha hecho toda su carrera pidiendo el voto de la derecha y el centro y ahora ya no le interesan y aprovecha las dificultades" de Royal.
En otra emisión televisiva, Royal tampoco pareció alterarse por el incremento del candidato centrista en las encuestas: "No me inquieta. Todavía hay un elector de cada dos que está indeciso. Eso quiere decir que hay mucho trabajo por hacer y yo lo hago en defensa de mis valores". Sin embargo, en sus respectivos partidos, el socialista (PS) y el conservador UMP el "fenómeno Bayrou" es ya objeto de análisis y se estudia qué respuesta es la más adecuada.