L D (EFE) Este lunes se conmemora el 50 aniversario de la muerte de Pío Baroja, el escritor vasco universal, considerado el gran novelista de la Generación del 98, una efeméride que deja, entre otras cosas, la publicación de los tres tomos de sus memorias, un volumen con su vida en imágenes y una novela inédita. Una nueva novela, que se publicará, según dijo a Efe el sobrino nieto del escritor, Pío Caro Baroja, en 2007 con en título de "A la desbandada", publicada por la editorial de la familia, Caro Raggio. Se trata de la novela que continúa la también obra póstuma "Miserias de la guerra", en la que Baroja trata la Guerra Civil española (1936-1939) y que, publicada a principios de 2006, abrió los actos conmemorativos del 49 aniversario de la muerte del autor de "El árbol de la ciencia" o "La busca".
Pero también este lunes, en el Círculo de Bellas Artes, se presentará un volumen que completa la edición de sus memorias "Desde la última vuelta del camino", publicadas por Tusquets, con el título de "Una vida en imágenes", y editado por Fernando Pérez Ollo. Un libro plagado de ilustraciones, en su mayoría perteneciente al álbum familiar, que se complementa con cuadros de sus coetáneos o sus pintores favoritos, con fotografías de la época de las ciudades donde vivió, y con imágenes de los enclaves simbólicos del mundo barojiano, como son algunos rincones de Itzea, la casa familiar.
En los últimos meses se han desarrollado varias exposiciones sobre el escritor, como la que se muestra en el Museo de la Ciudad de Madrid, y diversos actos conmemorativos, incluido una regata de bateles, que se han organizado con ocasión de una efeméride en la que, según recuerda Pío Caro, próximamente se colocará una estatua de Baroja en el Paseo de Colón de la ciudad de Irún.
A su tío Pío, como le llama el editor, la muerte le llegó en la vejez, con casi 84 años, con un fémur roto y postrado en la cama, tiempo de convalecencia en el que recibió la visita del Premio Nobel de Literatura 1954, Ernest Hemingway. "Hemingway se declaró discípulo de Pío Baroja y fue a verle cuando estaba ya casi moribundo y entonces le dijo que el Premio Nobel se lo deberían haber dado a él", cuenta Pío Caro, quien apostilla que su tío no fue "muy consciente" de aquella visita.
Pero también este lunes, en el Círculo de Bellas Artes, se presentará un volumen que completa la edición de sus memorias "Desde la última vuelta del camino", publicadas por Tusquets, con el título de "Una vida en imágenes", y editado por Fernando Pérez Ollo. Un libro plagado de ilustraciones, en su mayoría perteneciente al álbum familiar, que se complementa con cuadros de sus coetáneos o sus pintores favoritos, con fotografías de la época de las ciudades donde vivió, y con imágenes de los enclaves simbólicos del mundo barojiano, como son algunos rincones de Itzea, la casa familiar.
En los últimos meses se han desarrollado varias exposiciones sobre el escritor, como la que se muestra en el Museo de la Ciudad de Madrid, y diversos actos conmemorativos, incluido una regata de bateles, que se han organizado con ocasión de una efeméride en la que, según recuerda Pío Caro, próximamente se colocará una estatua de Baroja en el Paseo de Colón de la ciudad de Irún.
A su tío Pío, como le llama el editor, la muerte le llegó en la vejez, con casi 84 años, con un fémur roto y postrado en la cama, tiempo de convalecencia en el que recibió la visita del Premio Nobel de Literatura 1954, Ernest Hemingway. "Hemingway se declaró discípulo de Pío Baroja y fue a verle cuando estaba ya casi moribundo y entonces le dijo que el Premio Nobel se lo deberían haber dado a él", cuenta Pío Caro, quien apostilla que su tío no fue "muy consciente" de aquella visita.
"Para muchos él era un personaje conflictivo porque tenía un sentido liberal"
Además del escritor estadounidense, otro premio Nobel, Camilo José Cela, también acompañó al ataúd de Pío Baroja el día de su entierro, rodeado de un ambiente político "hostil", según escribe su sobrino en el prólogo de una de las nuevas ediciones de "El árbol de la ciencia". "Para muchos él era un personaje conflictivo porque tenía un sentido liberal y crítico, y decía las verdades y, claro, eso a mucha gente no les gusta. No haberse casado nunca con ningún sistema político también hace que sea considerado como un hombre independiente y conflictivo", explica Pío Caro.
Inconformista, cínico y ateo son algunos de los calificativos con los que se ha definido a Pío Baroja, incluido el "impío, Don Pío", apelativo que su sobrino atribuye a un sacerdote y que califica como "estupideces de púlpito de aldea". "Le tocó vivir muchas cosas. La verdad es que el final del siglo XIX y el comienzo del siglo XX, hasta la Guerra del 14, pues no fue una época de esplendor de la ciencia, la literatura o la música. Luego ya vino esta cosa fratricida de la Guerra Civil, que es abominable", subraya Pío Caro.
"El quiso en la Guerra, a la entrada de los alemanes, embarcarse para ir a América, creo que a México, pero no encontró pasaje", explica Caro, quien establece los vínculos de su tío con Latinoamérica en la admiración que demostraron hacia él varios escritores mexicanos, argentinos y chilenos. Pío Baroja, afirma su sobrino nieto, quiso desligarse del movimiento literario de la Generación del 98, en el que se le incluyó, por tener un carácter "despectivo" que les identificaba con "una época de fracaso de España total, que fue la Guerra de Cuba (1898) y todo eso". "Por otro lado dijo que (la del 98) no era una generación, que había una serie de grupos de gente joven, que tampoco coincidían mucho en edad y que cada uno tenía su ideología, sus aspiraciones y sus maestros literarios, que no tenían nada que ver unos con otros".